All-Star Game: sólo caben 24 jugadores

¿Recordáis la forma como el entonces hermano de Pau Gasol, Marc, fue incluído en el traspaso que llevó al primero de Memphis a Los Angeles?. ¿Recordáis cómo entonces todos creímos que los Grizzlies estaban entregando su mejor activo a cambio de algo cercano a “nada”?.

Como poco curioso es comprobar qué Gasol se ha colado entre los reservas de la Conferencia Oeste para el próximo All-Star Game. Hoy ya todos lo sabéis. Marc Gasol será All-Star y Pau no. Ventaja Grizzlies.

Sabemos lo que se puede llegar a pensar: sólo se trata de un partido sin significado deportivo, sin defensas y aún más sin trabajo en equipo. Es correcto. Pero para los jugadores sí tiene significado, y mucho. Especialmente cuando se trata de los reservas, elegidos por entrenadores NBA. Contrariamente a lo que sucede con los titulares, votados en su gran mayoría por, pongamos, niños de 13 años de otros países que, raramente, ven nunca un partido entero.

Así que, en este caso, ser titular es menos remarcable que ser suplente, pues los segundos saben que realmente están siendo admirados por las opiniones de la gente que más cuenta. Y en el caso de los Gasol, el hecho que los entrenadores hayan elegido a Marc y no a Pau nos dice que quizá nos precipitamos al valorar aquel traspaso de ahora hace poco más de cuatro años. Si bien los Lakers podrían considerarse todavía un equipo ligeramente superior a los Grizzlies en la actualidad (y eso admite una franca discusión), Marc y Memphis parecen tener un futuro más brillante delante de sí.

Aquel febrero de 2008 el traspaso era una locura sin comparación alguna. Este febrero de 2012 es una operación plenamente justificada para Memphis, pues hicieron lo que creyeron mejor para su futuro. Y sin equivocarse.

Ahora que ya hemos entrado en materia, veamos qué más reflexiones podemos sacar de la lista definitiva (y de sus ausencias asociadas) de los 24 jugadores seleccionados para participar en el Partido de las Estrellas:

Los Nuggets han caído estrepitosamente en la clasificación del Western últimamente, pero su inicio de temporada ha sido impresionante. ¿Nadie los representa entonces?. ¿Dónde están Danilo Gallinari o Ty Lawson?. De acuerdo, el italiano está lesionado, y los últimos comentarios de George Karl al respecto de que su equipo es un conjunto sin estrellas no habrán ayudado, pero Lawson está haciendo una campaña increíble, haciendo carburar a su equipo a toda máquina a pesar de su corta estatura. Merecía el puesto al menos tanto como Steve Nash.

En el Este, cuesta más discutir los reservas elegidos para el Partido de las Estrellas, aunque ni Paul Pierce, Roy Hibbert o Andre Iguodala quizá sean los mejores jugadores de sus respectivos equipos. En este sentido, Rajon Rondo, Danny Granger y Lou Williams merecerían tener alguna consideración más. Pero tal y como deberían haber hecho los entrenadores del Oeste con los Nuggets, se trataba de elegir, por distintos motivos, a un representante de Celtics, Pacers y Sixers.

Quizá haya llegado el momento de ampliar las plantillas de cada conferencia para el All-Star Game de 12 a 14 jugadores. Hasta el momento tenemos a dos centers, dos forwards, dos guards y dos wild cards. Hagamos que los wild cards pasen a ser cuatro. Nos ahorraríamos entonces tener que justificar lo injustificable, llámese este año las ausencias de jugadores como Brandon Jennings, James Harden, Paul Millsap, Kyle Lowry o Josh Smith.

No perdamos de vista, sin embargo, que el Partido de las Estrellas es un encuentro sin significado deportivo alguno, montado únicamente para los fans. Así que plantearse que no sean estos mismos los que participen en la elección carece de todo sentido. Otra  cosa es que Andrew Bynum (elegido por los fans como center titular en el Oeste) estuviera en el partido de jugar en cualquier otro mercado fuera de L.A. O lo mismo se puede decir de Carmelo Anthony en NY.

Así que, ¿por qué no partir las votaciones en dos? ¿La mitad de los votos para lo que decidan los fans y la otra mitad, elegida por los propios jugadores? Porque, si nunca debemos olvidar (y la NBA jamás lo hace) que la Liga “pertenece” a sus aficionados, al final  también (y tan solo) depende de esos hombres vestidos de corto y con el último modelo de zapatillas en sus pies. Y el honor de participar en un All-Star Game para ellos sería incluso mayor si, en parte, fueran sus propios compañeros de trabajo los que los eligieran. Especialmente si uno de esos compañeros, como sucede con el caso de los hermanos Gasol, es tu propio hermano.


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