Boban Marjanovic: menos minutos, más millones

Julio de 2016. El mercado de la NBA fluye más que nunca. Jamás ha habido tanto dinero para repartir, el límite salarial de las franquicias se eleva en unos porcentajes desconocidos y hay dinero para todos. Estamos en el momento en que un jugador de 5 puntos y 3 rebotes por noche puede amasar un contrato de 20 millones de dólares. Uno de esos hombres es Boban Marjanovic, que durante la 2015/16 había hecho su debut en las filas de los Spurs de Popovich.

Un primer vistazo a las estadísticas del pívot serbio de 2,22 metros no decían mucho de su paso por San Antonio: 54 partidos de liga regular para 5,5 puntos y 3,6 rebotes de promedio en nueve minutos por noche. Sin embargo, un estudio más profundo de su trabajo en pista hablaba de una proyección estadística a 36 minutos que dejaba unos guarismos de 21 puntos y 13,7 rebotes. Es decir, que en lo poco que estaba en pista Marjanovic aprovechaba muy bien el tiempo.

Esas prestaciones llamaron la atención de muchas franquicias. A sus casi 28 años, Marjanovic había aterrizado bien en la NBA, había pasado con nota la prueba de su año de novato y presentaba unas cualidades físicas e intimidatorias que no abundaban en la NBA. Unido a los flujos de billetes que corrían entre las franquicias, era bastante probable que el interior serbio recibiera el contrato de su vida, una oferta que multiplicara por mucho lo que cobraba en los Spurs.

“Saca tu culo de aquí”

Y esa propuesta llegó desde Detroit. El 12 de julio de 2016, Marjanovic firmaba 3 años por los Pistons y un total de 21 millones de dólares. Su sueldo anual de 7 millones iba a machacar a los 1,2 que había ingresado en los Spurs. Como agente libre restringido, los de San Antonio tenían tres días para igualar el contrato. Jugaban con la ventaja de que Marjanovic se quería quedar, pero con la desventaja de que no había fondos para afrontar la operación.

“Saca tu culo de aquí”, le dijo Popovich cuando el balcánico insistía en que deseaba quedarse. Tuvo que ser el propio entrenador el que le hiciera entender que su deber era aceptar 21 millones de dólares. “Sabíamos que se iría, le pasa a todos los equipos. Pierdes a un jugador porque no tienes dinero para pagarles a todos”, declaraba Popovich el pasado octubre.

Alabanzas de Van Gundy pero presencia residual en los Pistons

Así que Marjanovic suscribió el trabajo de su vida. Tres temporadas en Detroit, 21 millones de dólares y buenas palabras iniciales de su nuevo compañero, Andre Drummond, y de su jefe, en los despachos y en la pista, Stan Van Gundy.

“Es un jugador impresionante. Ha sido un gran fichaje para nosotros, y se va a convertir en una gran ayuda para nosotros durante todo el año”, declaraba Drummond a finales de agosto. Luego, en plena pretemporada, era Van Gundy quien se sumaba al carro de los elogios: “Es imparable al poste bajo. Y será mejor cuando simplemente le hagamos jugar”.

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Sin embargo, cumplidos los dos primeros meses de la competición, Marjanovic ha tenido una presencia residual en los Pistons. Cerca de acabar el año 2016, firmaba apenas una docena de  encuentros con Detroit y promediaba prácticamente la mitad de minutos, puntos y rebotes que en su etapa con los Spurs. A pesar de que Van Gundy dijo lo que dijo en octubre y declarara después que poco a poco las rotaciones están “en marcha”, Andre Drummond y Aron Baynes son demasiado para Marjanovic.

¿Mejor porvenir sin Baynes?

Sin embargo, firmar 3 cursos a Marjanovic escondía un plan a largo plazo y un trabajo de prevención. Baynes fichó por los Pistons en julio de 2015. Lo hacía por tres temporadas pero con la opción de romper el contrato al final de la segunda, esto es, salir al mercado el 1 de julio de 2017 para negociar un contrato mejor.

Si el australiano opta por seguir en Motown lo haría con 6,5 millones de dólares de ficha. Todo indica, y en la propia franquicia así piensan, que Baynes ejecutará la player option y se convertirá en agente libre el próximo verano, donde la locura salarial será todavía mayor y donde seguramente el center pueda amasar más de los citados 6,5 kilos.

En Detroit no están, a día de hoy, muy por la labor de firmarle algo más alto. Y ahí es donde entra a ganar valor el súper contrato de Marjanovic, que todavía dispondría de dos temporadas enteras para hacer rentable a los Pistons los 21 millones de dólares que le pagan. Eso sí, para ello, para que llegue con peso a la rotación el próximo verano, Marjanovic debe tener más transcendencia. Van Gundy se deshizo en elogios. Y ahí se quedó.


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