Brandon Jennings: es tiempo de crecer

El base de Milwaukee Bucks, Brandon Jennings, entra en su tercera temporada en la NBA con mucha presión sobre sus espaldas. Demasiado inconsistente en sus dos primeras campañas como profesional, Jennings necesita dar un sólido paso enfrente si quiere llevar a su franquicia a los Playoffs esta temporada.

Desde que fuera drafteado, Jennings ha mostrado algunos destellos de gran point guard, al tiempo que, más a menudo, ha dejado a los fans de Milwaukee rascándose la cabeza.

Con el poco poder anotador de la plantilla la temporada pasada, Jennings fue capaz de liderar a los suyos en puntos por partido, con 16.2. Desde que ésta terminara, los Bucks han sabido reforzarse en lo que a anotación se refiere, con las incorporaciones de Stephen Jackson y Mike Dunleavy Jr; el primero de ellos sin duda acompañando a Jennings en el backcourt titular en el salto inicial del primer partido. Más ataque quitará presión ofensiva a Jennings, permitiéndole jugar de forma más equilibrada.

A pesar de su pequeña estatura y peso (1’85m y 77kg), Jennings fue increíblemente resistente en su temporada rookie, en la que jugó los 82 partidos programados, pasando a tan “solo” 63 el curso pasado.

No se puede decir otra cosa que la constatación de que Brandon Jennings fracasó en su intento de progresar como jugador del primer al segundo año en la Liga, a pesar de que sus estadísticas permanecieron más o menos constantes. Los números, a veces, son demasiado fríos como para mostrar todas las evidencias, y Jennings ha tenido algunos grandes partidos, pero también otros muchos de muy discretos. Siempre queriendo hacer demasiadas cosas demasiado rápido, Brandon Jennings acumula malos tiros y pérdidas de balón que no hacen más que dañar a su equipo.

Regular en la irregularidad, Jennings es la perfecta ilustración de un jugador capaz de superar los 25 puntos con facilidad y muy buenos porcentajes de tiro una noche, y no pasar de los 10 fallando casi todo lo que intenta las dos siguientes. Y así semana tras semana, mes tras mes. Mucho más allá del comprensible mal partido que, de vez en cuando, azota a todos los muy buenos jugadores en una competición tan exigente como cargada de partidos.

A punto de empezar su tercera temporada en la élite, llega irremediablemente la hora de madurar para Jennings. De convertir su juego en un mejor balance de decisiones acertadas contra errores remediables.

Y no se juega poca cosa Jennings en este cometido. De fracasar en el intento, los Bucks tienen ahora en la recámara a Beno Udrih, un sólido remplazo no solo capaz de robarle a Jennings protagonismo sino también, y aún más importante, minutos. No en vano, Udrih tuvo la pasada campaña su mejor temporada en lo individual en la NBA, jugando 79 partidos para los Sacramento Kings y marcando topes personales en minutos, porcentaje de tiro, rebotes, asistencias y puntos. Ahí queda eso.

No tardarán mucho los Bucks en saber si tienen lo que hay que tener para aspirar a un puesto en post-temporada en la ahora muy exigente Conferencia Este. Tienen plantilla para lograrlo, pero irán todo lo lejos que su point guard les pueda llevar.


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