Cae Orlando pero Van Gundy es inocente

Nadie pensó que esto podía suceder. Nadie. No después de lo visto en esta misma serie tan solo hace un año, donde Orlando Magic ganó todos sus partidos contra Atlanta Hawks por una diferencia media de 25 puntos.

Pero aquí está. Tras la derrota de esta pasada madrugada en el Philips Arena, Atlanta se lleva la serie 4-2, lo que no puede describirse de otra forma para Orlando como un absoluto desastre, sino una eliminación vergonzosa.

No hay nada que ahora pueda hacer que me haga sentir bien”, declaraba Stan Van Gundy hace pocas horas tras el partido. El intenso dolor era visible en la cara de Van Gundy, cuya penosa expresión era la última forma de rendición ante una serie el desarrollo de la cual parecía imposible ahora hace apenas dos semanas. Los Hawks se enfrentarán en las Semifinales del Eastern ante Chicago Bulls.

Lo peor es que el 84-81 de esta madrugada resulta ya demasiado familiar a los fans de los Magic. Ha sido como el 88-84 del Game 3 o incluso más como el 88-85 del Game 4. Orlando haciéndolo todo mal mientras Atlanta simplemente minimizando errores. No mentirán los que digan que los Magic son mejor equipo que los Hawks, como tampoco los que opinen que en esta serie ha sido exactamente al revés. Dicho de otra forma, si Orlando hubiera jugado a su nivel normal (ni tan siquiera bien o muy bien, solo normal), los Magic hubieran pasado ronda. La serie se resume en las continuas situaciones en las que los Magic se han venido abajo en los momentos más inoportunos, y, cada vez que eso sucedía, los Hawks han sabido aprovecharlo.

Como suele tras derrota, Van Gundy se ha tirado a él mismo a los leones después del Game 6. Pero si hay alguien a quien no culpar por lo sucedido, ese es el entrenador de la franquicia de Florida.

No es culpa de Van Gundy que Atlanta haya dominado el rebote en el partido decisivo o que su equipo no consiguiera un rebote defensivo crucial, uno abajo y con todavía 11 segundos por jugar. Tampoco lo es que su equipo anotara un 40,9% en tiros de campo en esta serie, un 5,2% menos que en temporada regular, o que el acierto desde la linea de tres estuviera en un 36,6% durante los primeros 82 partidos de la temporada y en estos últimos seis descendiera hasta un pírrico 26,2%. Tampoco Van Gundy puede hacer nada con el hecho de que Jason Richardson (17 de 51), Hedo Turkoglu (20 de 68), Ryan Anderson (8 de 30), JJ Redick (15 de 42, 1 de 15 en triples) o Jameer Nelson (31 de 81) se desplomaran todos al mismo tiempo. O, ¿es culpa de Van Gundy que Jamal Crawford, con un 35% en triples durante la regular season, haya anotado en esta serie 46 de cada 100 tiros desde la larga distancia?. Dwight Howard ha estado, sin embargo, a un nivel excepcional en este corto camino en Playoffs (27 puntos y 15 rebotes de media, con un 63% en tiros de campo) pero, ¿puede Van Gundy de alguna forma efectiva evitar que pierda el balón 33 veces en seis partidos?

Es posible que de encontrarse de nuevo el año que viene, Orlando vuelva a dominar la serie, pero en lo que se refiere a lo sucedido este mes de Abril, los Hawks han sido mejores sobre la pista y, al final, esto es lo único que importa.

Nadie puede maquillar la eliminación de los Magic sin nombrar la palabra fracaso, pero aunque haya muchos a los que se deba culpar, los dedos acusadores no deberían apuntar a Stan Van Gundy. Orlando Magic ha perdido la serie en la pista, no en el vestuario.


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