Carta abierta a David Stern

Estimado Comisionado,

Su plan para hacer crecer a la NBA es equivocado. Con todos mis respetos, de hecho, a usted parece que se le han acabado ya las buenas ideas.

Nadie va a negarlo, su recorrido de casi 30 años en el cargo pondrá su nombre por méritos propios en los libros de historia, junto con el de Pete Rozelle de la NFL, o el de Kenesaw “Mountain” Landis de la MLB. Pero su figura, a día de hoy, otrora tan representativa como popular, se ha extinguido. Está muerta.

Sin directrices claras sobre cómo hacer crecer a la Liga en su propio país, su disfraz de conquistador armado con el mejor arsenal para hacer crecer a la Liga fuera de sus fronteras roza el ridículo. El mejor ejemplo: su última sugerencia, la de convertir el baloncesto olímpico en un torneo tan solo para menores de 23 años y, al tiempo, crear un nuevo Campeonato del Mundo controlado tanto por FIBA como por NBA.

Uno puede entender la presión a la que usted se vé cada día más sometido por parte de propietarios como Mark Cuban o los nuevos billonarios, que no congenian precisamente con su parecer. Su lealtad hacia su cargo se tambalea. Será porque recuerdan el vuelco que a la imagen mundial (también dentro de los Estados Unidos) de la NBA dio la rivalidad Magic-Bird, o cómo Michael Jordan transformó la Liga en una fuerza indestructible de la naturaleza.

Y es que la era Jordan y el Dream Team original aumentaron las expectativas. Los ’90 prometieron a la NBA, gracias principalmente a su atractivo internacional, retar a la NFL en términos de valor individual y colectivo de las franquicias y su relevancia cultural. Con el nuevo milenio, sin embargo, llegaron las decepciones.

Los Knicks y los Lakers son, hoy en día, las únicas franquicias NBA cuyo valor económico se asemeja al de las franquicias NFL. Y eso no es por otra cosa, como usted bien sabe, que por el hecho de su situación geográfica en términos televisivos (New York y Los Angeles), y no por una hábil estrategia de marketing. Habrá que recordarle, Comisionado Stern, que, actualmente, los Jacksonville Jaguars valen más que los Boston Celtics. Y aquí no hay error tipográfico de ningún tipo.  Un equipo NFL sin apreciable historia y, por cierto, un futuro más que inestable en Florida, vale más que el equipo NBA con más títulos y tradición.

Y eso es una más que justificable fuente de frustración para los tan competitivos como egocéntricos y billonarios propietarios como Cuban o el propio Jordan, propietario de los Charlotte Bobcats.

Duele más cuando uno no puede más que evidenciar que, comparada con la NBA, la NFL tiene un atractivo internacional mucho más limitado. El mundo juega a fútbol o a baloncesto. ¿Cómo puede entonces la NBA competir con la NFL?. ¿Cómo debe la NBA crecer como fuerza financiera?. Dar respuestas a este tipo de preguntas es su principal trabajo, Comisionado. Y por el que, todo sea dicho, los propietarios le pagan como si fuera Kobe Bryant o LeBron James.

Pero usted sigue estancado en que la tierra más fertil para el crecimiento de la NBA está fuera de sus fronteras. Su Liga no puede batir a la NFL en casa, así que lo importante, según usted, es tratar de hacer dinero en el exterior, aunque este proceso pase por cargarse su mayor activo internacional, los Juegos Olímpicos.

Suponemos que en su caso, Comisionado, cansado de oír decir a muchos propietarios la indignación que les produce tener que ceder gratuitamente a sus mejores activos al Comité Olímpico Internacional, propone coger a sus estrellas y hacerlas volver a casa. Sepa que, sin los “adultos”, el actual Team USA se quedaría con Harden (22), Davis (19), Durant (23), Love (23) y Westbrook (23). Pero su rebeldía no quedaría ahí, hiriendo de muerte a muchas otras selecciones nacionales cuyos principales jugadores pertenecen a franquicias NBA.

Quién sabe. Quizá su postura sea una simple amenaza a la espera de que el COI mueva pieza y se abra a la posibilidad de compensar económicamente a las franquicias de la Liga por ceder a sus mejores jugadores. O quizá hable en serio cuando propone unirse a la FIBA en la creación de un nuevo Mundial.

Sí sabemos que anda usted de lo más equivocado. Los Juegos Olímpicos son una marca centenaria, mucho más fuerte globalmente que la que pueda ser la NFL. Trate de pronunciar “Olimpiadas” en una minúscula tribu de África o en un pueblo remoto del Próximo Oriente, y la gente sabrá siempre a lo que se refiere. No ocurrirá lo mismo con la NFL, y esa es la gran ventaja que tiene la NBA, su Liga, ante la de fútbol americano.

Sería una auténtica locura para la NBA a la que usted representa debilitar su relación con los Juegos Olímpicos. Tan solo un hombre desesperado, en un mundo paralelo e irreal, sería capaz de proponer algo así en beneficio de la propia NBA. Y usted lo ha hecho.

Sr. Comisionado David Stern, si su NBA anda desesperada en construir una competición internacional de la que pueda sacar provecho, mande a los sub-23 al Campeonato del Mundo. Los Juegos Olímpicos son la mayor plataforma internacional para hacer crecer la marca NBA a nivel planetario. Si, por el contrario (o a su vez), lo que quiere es que su NBA crezca a nivel nacional, contrate a un par de franquicias y llénelas de jugadores tan poderosos y talentosos como los que actualemente puedan tener Heat, Thunder o hasta Lakers.

Esos quizá serían los tipos de movimientos que un nuevo, enérgico y atrevido Comisionado podría hacer. No es su caso, Sr. Stern.

Atentamente.


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