Competidores natos: Duncan, Gasol y Nowitzki

Competir es contender entre sí, aspirando unos y otros con empeño a una misma cosa (RAE).

En el mundo del deporte hay cientos de nombres que podrían abanderar dignamente la definición del termino mencionado, pero nos vamos a centrar en tres jugadores de la NBA a los que les sobran méritos para recibir tal distinción: Tim Duncan, Pau Gasol y Dirk Nowitzki (orden alfabético).

Los tres son deportistas veteranos que han ganado la NBA, los tres buscan un anillo más y los tres han decidido asumir una gran reducción salarial para poder seguir compitiendo al máximo nivel. Ganadores compulsivos.

Tim Duncan, una leyenda tras los pasos de Jordan

Se han escrito cientos de miles de artículos sobre el ala-pívot nacido en las Islas Vírgenes, pero todo aquel que repase de un vistazo su carrera profesional, se verá obligado a decir que todavía no hemos hablado lo suficiente sobre The Big Fundamental.

Cinco anillos de la NBA en su poder (1999, 2003, 2005, 2007 y 2014) —a solo uno de los 6 de Michael Jordan— y la misma pasión por ganar que cuando tenía 21 años (su primer año en la liga). Duncan quiere más.

La retirada del 21 de los Spurs lleva siendo un tema de conversación recurrente desde hace ya dos o tres años, pero Duncan sigue siendo capaz de recibir en el poste, mirar de reojo la canasta y lanzar, por encima de cualquiera, uno de esos tiros que, una vez han tocado el tablero, besan la red con suavidad ¿Alguien se atreve a negar la posibilidad de que Duncan gane otro anillo? Yo no soy tan osado.

Duncan cobrará este año unos 10 millones de dólares, lo mismo que cobró la temporada pasada. Un sueldo que ha permitido a los Spurs añadir las piezas necesarias para mantener su nivel competitivo. Una leyenda barata (estos dos últimos años).

Pau Gasol y su nueva aventura por el Este

No voy a poner a Gasol al nivel de Duncan, ya que eso sería irresponsable, pero hay que poner a Gasol al nivel de Gasol.

El que probablemente sea el mejor jugador español de la historia del baloncesto ha decidido cambiarse de conferencia. Una decisión que, al menos desde fuera, parece muy acertada, ya que el Oeste es más rápido –los años pesan– y mucho más complicado.

Gasol podría haberse retirado en los Lakers, cobrando más y agrandando su legado. Podría haber seguido en Los Angeles hasta el día en el que su camiseta con el 16 luzca en el techo del Staples Center, pero Gasol –en esto sí que se le puede comparar con Duncan– tiene ese gen competidor que te da una coz cada vez que pierdes un partido. Gasol quiere y necesita ganar.

El dos veces campeón de la NBA (2009 y 2010), campeón del mundo (2006) y campeón de Europa (2009 y 2011) ha decidido aceptar una rebaja salarial de más de 12 millones de dólares –de 19.285.850$ a $7.128.000– para poder luchar por conseguir el que sería su tercer entorchado en la mejor liga del planeta.

Su participación en el Mundial 2014 es otra muestra de su debilidad por la competición de alto nivel.

Dirk Nowitzki: El mejor de los europeos

Alemania todavía no es una potencia baloncestística, pero él ha abierto las puertas de este deporte a un país que siempre ha respirado fútbol.

Nadie discutirá que se trata de uno de los mejores jugadores europeos de la historía, sino el mejor. Nowitzki ganó la NBA en 2011 siendo el mejor jugador de su equipo, no hay muchas personas en el mundo que puedan presumir de tal cosa.

Toda una vida de triunfos en Dallas, anotador imparable –tiene hasta un tiro «patentado»– y con el Hall of Fame asegurado, el 41 de los Mavericks busca, al igual que Duncan y Gasol, una última oportunidad de volver a sostener el Larry O’Brien.

Para poder ganarlo todo se necesitan escuderos. Nowitzki ha pasado de cobrar más de 22 millones de dólares (temporada 2013/14) a percibir algo menos de 8 (la próxima campaña) para que su equipo tenga margen de maniobra. Toda una declaración de intenciones.

El gen competitivo

Los tres podrían ganar más dinero, los tres serán leyendas independientemente de lo que hagan en sus últimos coletazos como profesionales y, sin embargo, los tres quieren un anillo más. Entre los tres cobrarán la próxima campaña casi 25 millones de dólares, cinco millones menos de lo que recibió Kobe Bryant la temporada pasada (es solo un ejemplo).

Competir es un vicio. Ellos no entienden otra forma de vida.


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