No ha tenido una concentración extremadamente sencilla con la selección estadounidense. En muchos momentos, su puesta en escena ha corrido peligro por precaución. Pero Derrick Rose está más que acostumbrado a estos envites.
La lista de jugadores que irán al Mundial de España puso de relieve varios escenarios. El primero era que el combinado dirigido por Mike Krzyzewski está dispuesto a sacrificar potencial exterior por igualar, aunque sea en número, las virtudes que acompañan al equipo de España.
El segundo, una confianza enorme en el desempeño de Rose. El mismo ‘Coach K’ sabe de sobra que el base no ha podido jugar ni entrenar como ambas partes hubieran querido; ni mucho menos qué decir sobre el no haber podido tener apenas minutos en las dos últimas campañas.
«Estoy muy confiado con Derrick. Y él también lo está. Sus compañeros realmente le aprecian. Esperemos que esto le vaya a ayudar, no sólo para el Mundial, sino también para la temporada en la NBA. Creo que va a ser una gran ayuda», comentaba el seleccionador ayer mismo.
En sus palabras está el poso del conocimiento; el que tiene sobre qué es lo que le conviene a un jugador tan mermado por los golpes profesionales y sobre qué le viene mejor a Estados Unidos.
Y no es que Krzyzewski se haya vuelto loco y haya decidido apostar a ciegas sin estar realmente convencido de lo que está haciendo y diciendo. Igual trazo ideológico ha mostrado otro de los que conoce a la perfección a Rose, Tom Thibodeau.
El head coach de los Bulls, desde la lejanía, también se ha volcado en su apoyo al jugador. Es consciente de que su valía física siempre va a estar rodeada de ese regusto amargo de y si pasara de nuevo que es lógico que envuelva a Rose. Y fuera de ese plano, Thibodeau se ha encargado de reforzar la otra parte que más se daña: la mente.
«Queremos seguir construyendo, viéndole mejorar cada día. Se siente cómodo en el equipo y el no forzar las cosas es realmente lo importante. Porque así, se siente bien». En estas palabras de Thibodeau se advierte de nuevo ese mensaje krzyzewskista sobre ayudar con mano izquierda y no con exceso de minutos al bueno de Rose.
Los otros frentes que tiene abiertos apuntan a la afición, deseosa siempre de verle en acción para notar ese olor a MVP que siempre rezuma el point guard, y a sus propios compañeros de selección, encantados con ver que Rose se queda con ellos para intentar traerse la copa de campeones.
Su rol en el equipo
Retomando el equilibrio entre la carga exterior e interior del roster americano, lo cierto es que Rose se va a encontrar con más galones de los que pudiera parecer cuando estaban las primeras prelistas.
‘Coach K’ ha decidido reforzar la pintura con más hombres, reduciendo la rotación entre los pequeños. Stephen Curry, Kyrie Irving, Klay Thompson, James Harden y DeMar DeRozan se repartirán los minutos. No es que su arsenal ahora se quede corto, sino más bien que cada uno de estos nombres tendrá más peso en el cómputo general del equipo.
Es probable que Rose no ejerza como base titular; como también lo es que alternará con Curry o Irving en esa posición de uno, pudiéndose ver a dos de los tres a la vez en la pista.
Así, el papel de Rose, aunque importante, va a tener la garantía de poder apoyarse en que la rotación exterior y en la dirección del combinado sigue siendo lo suficientemente segura como para no sobrecargar de minutos al base de Illinois.
Si todo el entorno deportivo de Rose le ha dado su total respaldo, éste es seguro que va a responder. Lo más positivo de ello es que, además, parece estar haciéndolo sin esa presión de The return que tanta carga de ansiedad genera. En menos de una semana empieza el baile. Y Rose tiene la confianza de saberse ya bien los pasos.