CP3 – Knicks: Como anillo al dedo

En el verano de 2010 y con la boda de Carmelo Anthony como marco inmejorable, Chris Paul, Amar’e Stoudemire y el aquella noche novio brindaron en público por unir sus fuerzas en los New York Knicks cuando ello fuera posible. Más allá del gesto y posterior llegada de dos de las tres piezas del puzzle a la Gran Manzana, un Big Three con CP3, Melo y STAT puede que estuviera más equilibrado y, con ello, fuera más efectivo que el trío que LeBron James, Dwayne Wade y Chris Bosh forman en Miami Heat.

La forma condicional de la anterior afirmación es obligada. Pero tiene un matiz. Dependerá tan solo de si el potencial Big Three de New York es capaz de poner el mismo trabajo, esfuerzo e intensidad en los dos lados de la pista. A día de hoy, Miami está en la élite de la Liga en lo que a defensa se refiere. New York en la cola.

Porque el problema de la defensa de los Knicks se llama falta de liderazgo. Su entrenador, Mike D’Antoni, es notablemente conocido por su incapacidad (o quizá falta de voluntad) en inspirar a sus equipos a defender. Fue un problema en Phoenix, y ahora lo es en New York. No significa ello que un cambio deba ser la opción en el head coach de los Knicks, pero el equipo definitivamente necesita quizá un asistente con unas fuertes dotes en lo que a sistemas defensivos se refiere. Pero la falta de liderazgo defensivo se hace extensiva en la pista, también. Los dos mejores jugadores de la plantilla de los Knicks, Carmelo Anthony y Amar’e Stoudemire, siempre han estado muy interesados en dominar ofensivamente, y mucho menos en poner al servicio del conjunto su talento y condiciones atléticas al otro lado de la pista.

Llega aquí Chris Paul. Puedan los Knicks incorporarle vía traspaso (lo que será difícil considerando los activos que New York pueda ofrecer a cambio) o durante el periodo de agentes libres de 2012, la perspectivas de introducir este jugador en este sistema son más que excitantes.

Paul puede ser justo el tipo de líder que los Knicks necesitan sobre la pista. Lo que podría hacer por el equipo en ataque es obvio. No en vano, ha sido All-Star en cuatro de sus hasta ahora seis temporadas NBA, y ha liderado la competición en asistencias en dos de ellas, promediando en este aspecto 9.9 pases de canasta por noche en lo que va de su carrera. Con el ritmo de juego que D’Antoni aporta a los equipos que entrena y con Anthony y Stoudemire de compañeros, no nos debería sorprender que esa cifra media se elevara hasta las 13 asistencias por partido. CP3, Melo y STAT serían mucho más efectivos en ataque que el Big Three de Miami puesto que sus estilos de juego son mucho más complementarios. La presencia de Chris Paul no haría más que acentuar las fortalezas de Carmelo y Amar’e, así como las del resto de sus compañeros. En South Beach, James y Wade son a menudo tan similares que suelen obstaculizar el trabajo que el otro está realizando sobre el parqué.

En defensa, nadie duda que Miami Heat es uno de los mejores equipos en la Liga y que New York no está para nada a ese nivel. Pero esto es sin Chris Paul. Paul puede ser el líder de la plantilla en ese aspecto también, pues es tan competitivo (si no más) que cualquiera de los jugadores de los que haya hablado hasta ahora este artículo. Su tenacidad le ha ayudado a liderar la competición en robos durante tres temporadas, o a promediar menos de dos robos por partido en tan solo una. Su ejemplo y actitud en defensa puede llevar a motivar a Anthony y Stoudemire a hacer, si no lo mismo, algo similar. Por cuerpo y condiciones físicas no será.

En términos de talento en valores absolutos, puede que Miami esté todavía un poco por encima, pues James y Wade son sin discusión quizá los dos jugadores individualmente más talentosos de la NBA. Pero el equilibrio del potencial Big Three de NY podría eliminar esa ligera ventaja. Después de todo, Paul no está tan lejos de Wade como jugador, Anthony no es precisamente manco al lado de James, y Stoudemire es simplemente mejor que Bosh. Así que, realidad, la pregunta es: ¿Cómo se lo pueden hacer los Knicks para traer a Chris Paul al Madison Square Garden?

Se ha dicho ya, un traspaso es difícil. En lo esencial, Paul debería tomar a New Orleans como rehén como hizo Carmelo con Denver, es decir, haciendo saber que te quieres ir y que solo hay un equipo al que quieras ir. Si ante la situación, los Hornets se desesperan lo suficiente, un acuerdo que mandara el contrato vencido de Chauncey Billups y a Landry Fields a New Orleans podría obrar el milagro.

Pero por las potentes consecuencias también a nivel de traspasos que vendrán con la firma del Nuevo Convenio Colectivo, uno no puede asegurar cuál será el mejor camino para conseguir que Paul llegue a New York. No tan siquiera si habrá camino posible. Asumimos, eso sí, que Paul no firmará una extensión de contrato con los Hornets, convirtiéndose entonces en agente libre en el verano de 2012. Seguro que a CP3 le encantaría firmar por los Knicks, pero esto puede estar cerca del imposible si los propietarios consiguen firmar las importantes reducciones en el límite salarial que están planteando. No en vano, Anthony y Stoudemire no cobran precisamente poco de New York.

Sea como sea costará, pero sin duda valdrá la pena para New York. Si consiguen que el razonablemente mejor point guard de la Liga vista junto con dos de los mejores forwards el uniforme de los Knicks, aspirar al anillo no será un sueño y sí una obligación.


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