¿Cuál es el mejor juego interior de la NBA?

«…El de los Chicago Bulls, sin duda».

«Que va, me quedo con el de Memphis».

«Pues para mí el dúo de los Pelicans se merienda a todos…»

No hay manera de mantener una tertulia con gente que que comparta nuestras ojeras con atisbo de alcanzar un consenso sobre qué equipo cuenta con el mejor juego interior de la NBA en este momento. Quizás, porque no es posible y todo es cuestión de gustos.

También puede ser, que la NBA no ande tan escasa de hombres altos de calidad como tratan de convencernos cada vez que se acerca la noche del Draft y donde los centímetros se cotizan al precio del oro.

Los más nostálgicos rememoran a cada ocasión a los Mourning, Jabbar, Olajuwon, Malone, O’Neal, y voy a parar porque sino yo mismo voy a empezar a dudar de la solidez de este artículo. La cuestión es que a la insana costumbre de criticar el presente en favor de un pasado mejor, creo que debemos ser justos con la generación de centers/power forwards que nos está tocando disfrutar. En la liga norteamericana reina en estos momentos una mezcla donde lo añejo y la juventud conforman un cóctel muy atractivo.

La tendencia evolutiva del baloncesto en la última década ha ido robándole protagonismo a los 7 pies y otorgándoselo a los habilidosos «bajitos» del backcourt. LeBron, Durant, Paul, Bryant, Curry, sinónimos de versatilidad, son los nombres que suenan cuando se piensa en los mejores jugadores de la competición, y más de uno se llevaba las manos a la cabeza cuando, no hace mucho, Dwight Howard y su capa de Superman aparecían en los primeros puestos del ranking de ESPN.

Sin embargo, esa tendencia puede que este año sufra un punto de inflexión, y los que reinan bajo el aro quieran disponer algo distinto a la tónica habitual en la que el alero de turno se juega el ‘clutch’ bajo una defensa doble, o el escolta amasador de bola acapare la posesión sin que el esférico huela siquiera la zona pintada.

Los 3 equipos con mejor juego interior de la NBA

Es tan difícil y osado, como placentero, hacer esta lista. Pero por calidad, prestaciones, influencia en el juego e indirectamente en el resultado, estos son, para un servidor, los equipos que cuentan con mayor poderío en su frontcourt.

Chicago Bulls (Gasol-Noah): la suerte del mercado y la sapiencia en su elección ha querido que Pau Gasol, fusilado y desprestigiado por todos los frentes californianos, recalara en la Ciudad del Viento y pasara a conformar un tándem de ensueño con Joakim Noah. Español y galo, tan distintos en carácter como complementarios en la cancha, se han unido para sumar, probablemente, el IQ baloncestístico más alto que se puede encontrar bajo los tableros de la NBA.

Encestar no el principal de sus objetivos —aunque Pau siempre ha sido un prolífico anotador—, sino hacer funcionar al equipo. Dos jugadores de esos que hacen mejores a los demás, antagónicos al concepto egoísmo, calidad a raudales para mover el balón con velocidad y localizar espacios con una visión que muchos bases quisieran. Pau, con números que recuerdan a sus primeros años en Los Ángeles (18,6/10,6), ha recuperado a los 34 años su mejor versión al lado de un Noah que es todo intensidad y sacrificio, además de ser el mejor pívot pasador de la liga (4,6) —el año pasado promedió 5,4 asistencias—. Cuentan, además, con el mejor recambio posible en el banquillo en la figura de Taj Gibson, quien un año más vuelve a aceptar su rol de 6º hombre. A pesar de tener los mismos años que el francés (29) cualquiera diría que está recién salido de la universidad. Explosividad y músculo para ser el tercer vértice del auténtico ‘Triángulo Ofensivo’ —con permiso del Maestro Zen— de los Bulls de Thibodeau.

Memphis Grizzlies (Randolph-Gasol): Otro ejemplo en el que impera lo técnico sobre lo físico. Puede que la pareja más en forma del momento como así lo avala su liderazgo en soledad en la tabla clasificatoria (10-2). ¿Por qué elegir, como decía el Rey del Pop, entre Black or White, si puedes tenerlos a ambos?. La sangre de los Gasol sigue haciéndose sentir en América, esta vez de la mano del mediano de los hermanos. Muy atrás hay que echar la vista para recordar a ese Marc melenudo que jugaba en el Barça y acudía a la selección casi por decreto genealógico. Ese 1 de febrero de 2008 en el que Pau abandonaba la disciplina Grizzlie para vestirse de oro y púrpura, casi pasó desapercibido el hecho de que en Memphis se hicieran con los derechos deportivos del segundo de los vástagos. Cinco años después, Marc era nombrado Mejor Defensor del Año de la NBA, convirtiéndose así en el primer jugador europeo en recibir este galardón. Evolución a pasos agigantados que vería su culmen solo tres semanas atrás batiendo su récord personal de anotación con 32 puntos.

Aún queda hueco en la pintura para su pareja de baile. Dos All-Star en el zurrón, abonado al doble doble, y capaz hacer fácil lo no lo es tanto, es la hoja de servicios que presenta Zach Randolph. Sacábamos no hace mucho una tabla que descubría que con Gasol y Z-Bo en pista, las posibilidades de victoria de los osos se disparan. Quilates de exquisitez para deleite del espectador.

New Orleans Pelicans (Davis-Asik): Traicionera elección la del bronce, cuyo peso se aligera al creer que solo soy uno más de los muchos hipnotizados, noche tras noche, con las exhibiciones del ‘unicejo’. No son pocas, ya, las voces que claman el nombre de Anthony Davis como candidato en el maratón hacia el MVP. 25,5 puntos 11,4 rebotes, 2 asistencias y casi 4 tapones de media —además de liderar la NBA en eficiencia con +35— para un jugador que por momentos da la sensación de estar jugando entre alevines. Su escudero,Omer Asik, finalmente está explotando en ese jugador que apuntaba en Chicago. 9 puntos y 10 rebotes (3,5 ofensivos), para conformar la pareja más eficaz en la pintura con una diferencia de +19,4.

Segundo escalafón

Los Angeles Clippers (Griffin-Jordan): Doloroso dejar a Blake Griffin y DeAndre Jordan fuera del podio, pero un inicio flojo de temporada los relega al cuarto puesto. A pesar del dato que sacábamos ayer que revelaban a los Clippers como el segundo peor equipo reboteador de la liga, DeAndre se salva de la quema acaparando casi el 33% de los rebotes totales. A esto hay que sumar que es el cuarto mejor taponador de la liga con 2,7 chapas por noche. Y a su lado la bestia. Blake Griffin es un jugador que debe enamorar a la fuerza, porque si bien llegó a la liga con el cartel de nº1 del draft por sus highlights de vuelos sin motor, Blake está aprendiendo a dejar de repartir amor bajo y, especialmente, sobre los aros, para añadir un sinfín de movimientos al poste y un singular tiro en suspensión de 5-6 metros bastante efectivo. Dos colosos genéticos a los que se les debe exigir desde ya y sin excusas el asalto al anillo. Glen Davis y Spencer Hawes componen una segunda unidad nada desechable.

Detroit Pistons (Monroe-Drummond): Mucho ruido y pocas nueces si somos severos. Por nombre deberían estar en primera línea, pero los resultados siguen sin acompañar. Greg Monroe sigue a lo suyo. Tras ser uno de los hombres más codiciados el pasado verano, él, a pesar de firmar la oferta cualificada, cumple el guión habitual con 15,8 puntos y 10,5 rebotes (el tercer mejor ala-pívot en esta faceta). Pero correr con un ancla enganchada al tobillo dificulta a cualquiera, y eso es lo que está siendo ahora mismo Andre Drummond en relación al listón por el que se le mide. 21 años que se están notando en un pívot destinado a dominar la liga, pero que en el comienzo de ésta muestra unos guarismos buenos en rebotes (11,3) flojos en anotación (8,3) y pésimos en porcentaje de acierto para alguien que habita tan cerca del aro (39,4%). Con Josh Smith en la retaguardia, Stan Van Gundy tiene el poder y el deber de exprimir el inmenso potencial interior que guarda en su plantilla.

Cleveland Cavaliers (Love-Varejao): Anderson Varejao y Kevin Love. En plenitud física, dos de los mejores reboteadores de la competición —14,4 y 15,2 respectivamente en sus mejores campañas—. El brasileño poco a poco va cogiendo rodaje (23/11 ayer ante los Spurs) tras un año complicado por las lesiones. De Kevin Love ya lo sabemos todo en su parcela ofensiva. En cuanto alguien le aclare que existe una palabra parecida con un prefijo distinto (DEEFENSE!, clama el público), y no es un mero ‘infla-estadísticas’ todo irá sobre ruedas. ¿Que no? Ahí esta un multiusos como Tristan Thompson esperando su turno con impaciencia.

Atlanta Hawks (Millsap-Horford): Cae precipitadamente en el olvido un jugador que promediaba 18,6 puntos y 8,4 rebotes cuando su hombro se desgarró. En lo que va de liga 13,8 puntos 6,8 rebotes, 2,6 asistencias y vísteme despacio que tengo prisa. Cuestión de tiempo que vuelva a sonar para su tercer All-Star. Le acompaña un Paul Millsap de cuya pérdida aún estarán lamentándose en Utah. Y ahora hasta las mete de tres. Una calcomanía del curso anterior son sus cifras en lo que va de éste (18/8/3). Regularidad que también debería ser tenida en cuenta para cierta llamada cuando se acerque San Valentín.

Y la lista sigue

Por cuestión de espacio y de tiempo (del vuestro), había que poner fin a ese escalón, lo cual es injusto y como tal gratificante. Porque si bien esos han sido mis cinco, tranquilamente cedería, ante el que supiera convencerme, que existen otras duplas tan o más merecedoras de desbancar a los ya nombrados.

A mi se me han quedado en el tintero y ya sin caer en el análisis:

  • Houston Rockets: Terrence Jones-Dwight Howard
  • Dallas Mavericks: Dirk Nowitzki-Tyson Chandler
  • Golden State Warrriors: David Lee-Andrew Bogut
  • Washington Wizards: Nenê Hilario-Marcin Gortat
  • Indiana Pacers: David West-Roy Hibbert
  • Portland Trail Blazers: LaMarcus Aldridge-Robin Lopez
  • Sacramento Kings: ‘X’-DeMarcus Cousins

Más de uno me pondrá la cruz por dejar fuera a Tim Duncan, Kenneth Farieth, Brook Lopez Chris Bosh o Al Jefferson. Lo cual es realmente fantástico, ya que quizás no haya tan pocos hombres altos buenos como algunos pretenden hacernos creer.


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