A sus 31 años, Kris Humphries debería tener pocas quejas sobre su carrera deportiva. 12 años ininterrumpidos en la NBA (y recién renovado por Atlanta, el equipo en el que acabó la temporada pasada), multimillonario tras rondar los $60 millones en salarios como profesional y, si quería ser famoso fuera de su faceta de jugador, su breve matrimonio con Kim Kardashian ayudó en ese sentido. Pero si el ala-pívot está siguiendo los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, es bastante probable que pueda imaginarse una realidad alternativa a la que ha vivido en el baloncesto.
En Río 2016, Michael Phelps se ha consolidado como el deportista más laureado de todos los tiempos, cerrando su carrera olímpica con 28 medallas, 23 de ellas de oro. A sus 10 años, el ya legendario nadador era ya el más rápido de los niños de su edad en Estados Unidos en los 100 metros mariposa, una prueba que le acabaría dando tres oros olímpicos y una plata. Además, Phelps tenía la segunda marca en los 50 metros mariposa, pero por 4 décimas de segundo, un niño procedente de Minnesota le superaba: Kristopher Humphries.
Dominador en la piscina
Como nos desvela la web oficial de los Hawks, Humphries fue por un tiempo una de las grandes promesas de la natación estadounidense. No solo superaba al que quizás sea el mejor nadador de todos los tiempos en los 50 mariposa (y, de paso, a otro laureado olímpico como Ryan Lochte, de su mismo año), sino que además era el número 1 en Estados Unidos en 50 y 100 metros libres, 50 espalda, 50 braza y 200 estilos, llegando a mantener el récord nacional de su edad durante 18 años en 50 y 100 metros libres. Pero, al contrario que Phelps, otra pasión le acabaría llamando con más fuerza: el baloncesto. Eventualmente decidiría centrarse en las canchas en lugar de en las piscinas.
Eso sí, Humphries no es el único jugador NBA que dio este paso. Tim Duncan fue también un prometedor nadador antes de que el huracán Hugo destrozara la única piscina olímpica en la isla de Saint Croix donde nació, decidiendo cambiar de deporte con el éxito que todos conocemos. Pero, aunque nunca conocerá la sensación de subir a un podio olímpico, Kris Humphries siempre podrá decir que, en algún momento, nadó más rápido que Michael Phelps.