Dream Team vs. Team USA: debate cerrado

Para el actual Team USA, se trata en cada partido que juegan de mejorar, crecer, construir sólidos argumentos alrededor del objetivo último, la medalla de oro. Para nosotros, por lo visto, parece que se trata más de encontrar puntos críticos y comparar el equipo actual con el Dream Team de 1992. Constantemente.

Y ahí estamos, al menos hasta que logremos superar la obsesión de alinear los dos conjuntos el uno al lado del otro hasta determinar quién es el mejor. Menuda pérdida de tiempo. Justificada, al menos por los principales medios, tras encender Kobe Bryant la mecha respondiendo a una pregunta cualquiera que este grupo podría batir a aquel de hace 20 años. Carne de columnas varias, discusión recurrente desde entonces y honestamente, al menos algo divertido en lo que pensar. Tan divertido como inútil.

El actual combinado norteamericano ha ganado los cinco partidos preparatorios pre-olimpiadas por una diferencia media de 26,2 puntos. Aún así, no exentos de sufrimiento en dos de ellos. Perdiendo de ocho en la media parte del encuentro contra Brasil y ganando a Argentina por tan solo seis puntos de diferencia.

Nada menos que Barack Obama ha sido el que ha puesto el dedo en la llaga en el ya cansino debate Dream Team contra Team USA al apuntar: “El Dream Team jamás estuvo ocho abajo”. Los allí presentes asintieron, lo tuitearon y todos tuvimos que estar de acuerdo. Fin del debate, 1 a 0 para Obama. Es cierto, jamás lo estuvieron.

Pero tampoco jugaron contra equipos tan buenos como Brasil, Argentina, o España.

Usar los resultados del actual Team USA como prueba de que el Dream Team era superior es simplemente injusto. Porque, tras 20 años, las eras del baloncesto internacional son completamente distintas.

De impresionante y absoluto dominio se puede denominar el recorrido del Dream Team hasta el oro de Barcelona’92. Un margen medio de 43,8 puntos de diferencia a favor y ni un solo tiempo muerto pedido en toda la competición. Ninguno. El partido más “apretado” lo ganaron por 32 puntos. Anotaron más de 100 puntos en todos y cada uno de los encuentros, promediando 117,3. Fue algo irreal, increíble e inolvidable. Estábamos hablando, y seguimos hablando, del mejor equipo de todos los tiempos de cualquier disciplina deportiva.

Pero resulta que, allá por 1992, el baloncesto era, casi exclusivamente, territorio norteamericano, con el resto del mundo justo entonces empezando a mostrar un interés real en competir contra ellos. No en vano, se ha hablado desde aquel año, y no sin razón, del propio Dream Team como motor de expansión del boom internacional del deporte en el resto del globo.

Tengamos aquí un dato en cuenta: este 2012, hasta 89 jugadores no norteamericanos tienen contrato con alguna franquicia NBA. En 1992 eran tan solo 21.

En la ajustada victoria del Team USA ante Argentina del pasado domingo en el Palau St. Jordi, los de Mike Kryzewski se enfrentaron, durante muchos minutos, a un quinteto formado íntegramente por jugadores NBA. Por el contrario, el número máximo de jugadores NBA que cualquier rival de Estados Unidos tenía en 1992 era de uno. De hecho, en ese partido, el Team USA jugó ante más jugadores NBA de los que jamás enfrentó el Dream Team juntando todos los partidos de aquellos Juegos Olímpicos.

(NOTA: antes de que nos pongamos todos las manos a la cabeza, recordar que solamente Sarunas Marciulonis (Lituania) y Drazen Petrovic (Croacia) tenían contrato NBA en aquel verano de 1992. Dino Radja no llegó a los Celtics hasta 1993, el mismo año que Toni Kukoc recaló en los Bulls, y dos años antes de que, ya en 1995, Arvydas Sabonis jugara con los Blazers).

Sirva el caso de la selección española, la segunda en el ránquing mundial, como mejor contrapunto. Dos All-Stars (los hermanos Gasol), el mejor taponador de la NBA (Ibaka), un base con experiencia y solvencia en la Liga (Calderón), un jugador que acaba de cruzar el charco en un sentido (Claver) y otro que lo ha hecho en el contrario (Rudy). Lo más parecido a esto con lo que se enfrentó el Dream Team de Barcelona fue a una selección croata que incluía a unos jóvenes Kukoc, Petrovic, Radja, Zan Tabak, Stojko Vrankovic o Arijan Komazec. Los seis llegaron a jugar en algún momento de sus carreras en la NBA.

Pero el Dream Team batió a Croacia 117-85 en aquel partido por el oro, tras hacerlo por 103-70 en la fase previa. Y esto no es un esfuerzo para avivar el debate Dream Team vs. Team USA. Simplemente porque no hay debate. Como brillantemente respondió al respecto Larry Bird, “puede que nos ganaran, sí. Llevo sin jugar 20 años y estamos ya todos muy viejos”. Divertido, pero en vano. El Drem Team de 1992 tenía en sus filas a once Hall Of Famers. Once.

Podemos debatir sobre fortalezas, debilidades, cómo se emparejarían ambos equipos o, si al final queréis, hasta quién ganaría y por qué diferencia. Pero, ¿usar las actuaciones de este Team USA como prueba de algo? Una locura. Uno mismo podría ganar a un buen grupo de personas al “Apalabrados”, pero eso no debería constar en mi currículum para querer ser un astronauta.

Jamás sabremos por cuánto ganaría el Dream Team al actual Team USA. Tampoco sabremos jamás si hubiera ganado por más de seis puntos de diferencia a Argentina, o apalizado de 30 a Brasil. Solamente saldremos de dudas al respecto si el actual Team USA se acaba quedando a las puertas del oro olímpico. Porque una cosa sí es segura: eso jamás le sucedería al Dream Team.


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