Otro post sobre LeBron James. ¿El mejor jugador del mundo? Puede que sí. Es el ganador de los dos últimos MVPs de la temporada, el único jugador capaz de promediar un triple doble si se lo propusiera, una bestia de la naturaleza capaz de masacrar a los Magic en su propia casa hace unos días anotando 51 puntos, capturando 11 rebotes y repartiendo 8 asistencias además de dar un clinic en el primer cuarto anotando los 9 tiros que intentó.
Pero también tiene esas cosas que hacen que tenga tantos detractores. El pasado domingo los árbitros revisaban en el vídeo para decidir el grado de importancia de la falta que Eddie House había realizado a Blake Griffin:
Mientras hacían su trabajo, LeBron se impacientaba y dijo lo que no tenía que decir:
«I got a Super Bowl party to go to man, c’mon.»
«Tengo una fiesta a la que ir por la Super Bowl, vamos». Cualquiera que siga los pasos de LeBron, sabrá que es un apasionado del fútbol americano y precisamente el domingo se jugaba la Super Bowl por lo que debía tener prisa por irse a disfrutar ante la televisión.
Ahora añadamos los siguientes datos: el domingo jugó probablemente su peor partido del año anotando sólo 12 puntos, la cifra más baja de su temporada, muy lejos de los 26.1 puntos que promedia. También acumulaba 106 partidos seguidos intentando al menos un tiro libre y esa racha se rompió contra los Clippers. ¿Falta de motivación? Los críticos más salvajes de James atacarán por su falta de amor por el juego.
Lo que pasa es que es tan bueno como para poder hacer eso y a la vez ser nombrado Mejor Jugador de la Semana en la Conferencia Este gracias a sus promedios de 26.5ppp, 7.3rpp, 7.3app y 1.7rpp.