Hawks: hay vida después de Horford

Más de un buen puñado de expertos analistas NBA ya han hecho pública la defunción de las aspiraciones al anillo de los Hawks tras la lesión de Al Horford. Y no sin razón. Durante las últimas cuatro temporadas, sus primeras cuatro, Horford ha sido pieza fundamental en el ascenso de Atlanta en la Conferencia Este, contribuyendo no tan solo con 12-15 puntos y 9 rebotes de media, sino con una sólida y apreciada defensa.

Pero los fans de los Hawks no deberían deshacerse de sus abonos todavía. Los chicos de Larry Drew van a volver a meterse en los Playoffs y, cuando esto suceda, será prematuro descartarles a las primeras de cambio.

Su GM, Rick Sund, seguro tratará de ver si hay alguna buena oportunidad de mejorar al equipo este invierno antes de que se cierre el plazo de intercambios, pero al mismo tiempo admite, y no se equivoca, que lo más probable es que sean pacientes. Contrariamente a la corriente de pesimismo instalada en el Philips Arena, los fans de los Hawks tienen, al menos, dos razones para ver el vaso medio lleno.

Primero, si Horford consigue volver a las canchas en un plazo de tres meses (en vez de en cuatro, como se pronosticó), existen posibilidades reales de que lo haga a tiempo para disputar los Playoffs. Evidentemente, no al 100%, y Atlanta hará bien en prepararse en este sentido para el peor escenario posible. Pero si los Hawks son capaces de superar la primera ronda, entonces Horford puede ser de gran ayuda en la segunda.

Aún sin Horford, Atlanta ya posee una profundidad en el poste bajo que muchas franquicias la quisieran. Zaza Pachulia tendría muchos más minutos de jugar en otro equipo distinto y además lleva dentro del grupo lo suficiente como para entrar ahora en el cinco titular sin que ello provoque alteración alguna. Jason Collins, por su parte, en su décima temporada de profesional y con experiencia de titular en su currículum, ofrece una sustitución de plenas garantías en el puesto de center. Collins nunca ha tenido algo más que una sólida defensa en el poste e inteligencia en el juego de conjunto, y en un equipo con más opciones ofensivas que nunca, los Hawks no necesitan mucho más que eso de él.

Segundo, Atlanta puede y debe jugar rápido, apretar el ritmo de juego y hacer la pista larga. De hecho, ese era el nuevo patrón de juego antes incluso de perder a Horford.

Históricamente, los Hawks siempre habían rechazado la velocidad y la priorización de las condiciones físicas de sus jugadores, en pro de un más disciplinado y pausado plan ofensivo. Pero vista la confección del roster actual, Drew acertó en imponer para este año una fórmula más veloz y agresiva de juego en transición.

En su segundo año, Jeff Teague es el base no tan solo que la franquicia lleva años buscando, sino el hombre perfecto para llevar a cabo tal cometido. En ausencia de Kirk Hinrich, Teague está siendo una revelación. Mientras a Teague le falta la experiencia y actitud defensiva que sí posee Hinrich, su juego es perfecto para un equipo que lo que quiere es correr. Josh Smith, por su parte, es incuestionablemente uno de los más explosivos power forwards de la competición, capaz de correr como nadie ya sea para acabar metiéndola para abajo como para taponar en carrera el contragolpe rival. Cierto es que el nivel de Smith esta temporada debe ser de All-Star, y que a menudo ahora deberá cubrir a centers rivales, pero ¿cuál es el problema de ello último si a quien se enfrenta es a pívots de la asumible envergadura de Joakim Noah o Udonis Haslem?

Ningún jugador de la plantilla actual de Atlanta podrá suplir el trabajo de Horford en el poste, y ninguno tiene la fuerza para poder frenar a Dwight Howard. Pero con Pachulia y Collins, más lo que en altura y condiciones atléticas pueden aportar el propio Smith, más Marvin Williams, Joe Johnson o Tracy McGrady, los Hawks deberían ser capaces de controlar el rebote y salir disparados a la canasta contraria. Porque, Orlando Magic a parte, ¿qué otro equipo con opciones de Playoffs en el Eastern tiene un center dominante?

Por supuesto que sin Horford, los Hawks pueden fácilmente acabar desesperando, perdiendo el objetivo inicial de vista y fracasar en el intento de sumar una post-temporada que vaya más allá de la primera ronda. Pero, con veteranos como McGrady y Jerry Stackhouse aportando un curtido profesionalismo en el vestuario, Atlanta tiene todos los ingredientes necesarios para, como hicieron los Grizzlies la temporada pasada, ser la agradable sorpresa en los próximos Playoffs.


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