Heat vs Celtics: se acerca el gran momento

Heat vs Celtics: muy pronto, en nuestras pantallas de TV.

Menuda serie para Miami. Menuda serie para Boston. Lo que todo aficionado a la NBA de cualquier parte del mundo lleva esperando, llegará tan pronto como los Heat se deshagan de los Sixers en primera ronda (Game 5, esta próxima madrugada en el American Airlines Arena).

Serán unas simples semifinales de conferencia, pero tan solo sobre el cuadro de emparejamientos de estos Playoffs. Todos sabemos que, en realidad, se va a tratar de mucho más que eso. Heat v Celtics ahora, seamos honestos, es un duelo mucho mayor que un posible Bulls vs Heat o Bulls vs Celtics en una posible final del Eastern. Y si los Lakers fueran de alguna forma eliminados en su ruta hacia el 3-Peat, Heat v Celtics es algo quizá más grande que las mismas Finales de la NBA.

Miami encendió el “modo espera” el pasado domingo dejándose remontar increíblemente su cuarto partido ante Philadelphia, pero hoy tiene la oportunidad de acabar con la serie en casa. Es solo una cuestión de tiempo.

Desde la emisión de aquel programa especial en forma de monólogo sin humor en la ESPN, aquel remoto 8 de Julio, en el que LeBron James pronunció aquellas ya míticas palabras de “I’m taking my talents to South Beach”, ésta es la serie que todos queremos ver. Ese fue el día antes de que, ya en el pabellón de los Heat, el confetti y los fuegos artificiales introdujeran a Bosh, Wade y el propio James proclamando que Miami ganaría desde ese día “no uno, no dos, no tres… múltiples campeonatos” (sic).

Quizá por eso muchos nos alegramos del caótico inicio de los Heat. Aquello de las 72 victorias se esfumó rápido, y llegó el 9-8 inicial, la sombra de la guillotina sobre la cabeza de Erik Spoelstra y aquella sonada declaración de Wade en la que nos ponía sobre aviso de que América era feliz porque los Heat estaban perdiendo.

A mediados de noviembre, los Celtics ya habían derrotado dos veces a Miami. Parecía claro que, en el Este, el camino hacia las Finales pasaba por Causeway Street. Pero todo cambió desde el All-Star break. Los Celtics presentaban un impoluto 41-14 cuando Danny Ainge decidió enviar a Kendrick Perkins a Oklahoma City a cambio de Jeff Green y Nenad Krstic. El 15-12 desde entonces, habla por sí solo del acierto de aquella decisión. A finales de la temporada regular, los C’s sufrieron su peor derrota del año justamente en Miami. De repente los Celtics parecían viejos y confundidos, mientras los Heat eran los jóvenes y poderosos. Boston perdió el segundo puesto del Este, ahora en manos de Miami, por lo que son los de Florida los que tienen ventaja de campo en una de las semifinales de conferencia más apasionantes de la historia de la NBA.

Es difícil prever hasta dónde pueden llegar los Celtics este año. Han barrido a unos Knicks sin prácticamente Billups y Stoudemire (sufriendo lo indecible, todo sea dicho, por ganar sus dos encuentros en casa), todavía tienen a cuatro All-Stars y Rajon Rondo puede romper un partido mediante un triple-doble cualquier noche. Sí. Pero están tratando de ganar el anillo sin un center titular. Se sigue hablando de la vuelta de Shaq, pero esto ya suena a broma, porque Shaquille O’Neal tiene 39 años y ha jugado 5 minutos desde el pasado 1 de febrero. El otro O’Neal, Jermaine, hizo un buen primer partido ante los Knicks, pero eso fue todo; y Nenad Krstic anotó en los tres primeros partidos de la serie tantos puntos como cero.

Y los Heat son perfectos conocedores de este hecho. Además, la última (y primera) victoria ante Boston (100-77) del pasado 10 de abril ha servido para dejar de temerles de una vez por todas. Después de aquella paliza, Rondo declaró al Boston Globe: “estaremos bien cuando llegue el momento”. Esta filosofía sirvió el año pasado pero quien sabe si va a funcionar éste.

Jamás llegue a pensar que echaría de menos a Red Auerbach. Red hubiera odiado el concepto global de formación de equipo de los Heat, tanto como Pat Riley puede odiar a la franquicia de los Celtics en su conjunto. Salto inicial! Heat v Celtics, bienvenidos a lo que puede ser la mejor semifinal de conferencia de todos los tiempos.


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