Joakim Noah: el termómetro defensivo de los Bulls vive su temporada más fría

Mucho se está hablando del irregular rendimiento de Chicago Bulls en la presente campaña. Con el regreso de Derrick Rose, la contratación de Pau Gasol, la progresión de Jimmy Butler y el nivel de exigencia que impone Tom Thibodeau, los analistas no tardaron en tildar a los de Illinois como unos de los favoritos para hacerse con el anillo; sin embargo, sobrepasado el ecuador de la temporada, las dudas no hacen más que acrecentarse.

La mayor sorpresa ha venido a la hora de proteger el propio aro. Los Bulls, equipo acostumbrado a ser un quebradero de cabeza para los ataques rivales, se han visto desarbolados en defensa como no conocían desde la campaña 2009-10, es decir, la última antes de la llegada de Thibodeau. En el mencionado curso, los de la ciudad del viento encajaron una media de 99.1 puntos por partido, una cifra que rebajaron de manera notable en las siguientes cuatro temporadas:

TEMPORADAPUNTOS ENCAJADOS POR PARTIDO POSICIÓN NBA
2009-1099.113º
2010-1191.3
2011-1288.2
2012-1392.9
2013-1491.8
2014-1599.215º

Los números no mienten. Hablamos de que la mejor defensa del anterior año ha pasado a encajar casi ocho puntos más por partido. Si el entrenador no ha cambiado, no se ha ido ninguna pieza esencial, es más, han llegado otras para mejorar el roster, ¿cuál es el problema?. Sencillo, tiene nombre y apellido: Joakim Noah.

El pívot francés, ese extraño elemento que ante la plaga de lesiones sufridas por el equipo en pasadas campañas se hizo día a día más grande, vive su año más difícil desde que aterrizase en la liga.

Lastrado por las lesiones

Eternos problemas en los tobillos, una fascitis plantar de la que recayó en dos ocasiones en la 2012-13 y una cirugía de rodilla a la que se sometió la pasada temporada; todos contratiempos a los que se fue sobreponiendo y enfrentando por el bien del grupo y que hoy, fruto del desgaste, le impiden estar a su verdadero nivel.

Sin Noah, sin defensa

Para hacernos una idea de cómo se está viendo de limitado el pívot de los Bulls, basta con hacer una comparación de eficacia defensiva con sus compañeros de pintura. Noah, con un 0.8, es el jugador interior con un peor más-menos por detrás de Taj Gibson (1.7), Pau Gasol (1.5), e incluso Nikola Mirotic (1.3). Esta estadística, la cual queda redondeada al colocar a los pivots por parejas, ya que las tres peores son las que incluyen al francés, es aún más clarificadora al compararla con una pasada temporada en la que Noah lideraba al equipo con un más-menos de 2.9.

La intimidación bajo los aros también se ha visto mermada. En el anterior curso Noah permitía un 47.2 % de acierto de sus rivales, mientras que en el presente está en un 51.9 %, siendo igualmente superado por sus compañeros: Gasol (47.9 %) y Gibson (44.8 %).

Sin piernas no hay acierto

La limitación física con la que está conviviendo Noah le ha llevado igualmente a perder eficacia ofensiva. Sin ser un anotador nato en ningún momento de su carrera, el jugador natal de Nueva York se sitúa en una media del 49.6 % en tiros de campo en los ocho años que lleva en la liga, cifra que ha caído de manera ostensible hasta el 43.9 % del actual curso. Los tiros libres tampoco le dejan en buen lugar, pasando de un promedio del 72 % al 60.5 % del presente.

Relativa tranquilidad de Thibodeau

Estos números suponen una relativa tranquilidad para el entrenador de los Bulls. Exigente como nadie con su equipo, Tom Thibodeau entiende que el rendimiento de Noah no puede ir más que a mejor, por lo que las dificultades defensivas que están viviendo hasta el momento deberían resolverse de cara al tramo decisivo de la temporada; sin embargo, está por ver que su jugador pueda estar al nivel que espera, así como que el hecho de su mejoría suponga que el equipo recupere sensaciones pasadas.


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