Knicks vs Nets: ¡es la guerra!

En una reciente entrevista a la revista New York, Spike Lee, el afamado director de cine nacido en Brooklyn y fan número uno de los Knicks, previó el inicio de una “guerra” cuando su querido equipo y los nuevos Nets se encuentren este próximo otoño.

El Comisionado de la NBA, David Stern (nacido en New York), apuntó durante la pasada edición del NBA Draft Lottery que esperaba que saltaran chispas cuando Nets y Knicks se enfrentaran, ahora que, tras el traslado de los primeros a Brooklyn, ya no es el río Hudson y sí el East River lo único que les separa.

“Nuestro objetivo como franquicia en el estreno del Barclays Center no será conseguir campeonatos locales. El reto no es otro que ganar el anillo”, ha dejado caer hace unos días Avery Johnson, coach de los Nets, al respecto (justo antes de tomarse el tranquilizante que los médicos le recetaron).

Y es que todo empezó en 2010, poco después de conocerse el traslado previsto para este verano de la franquicia de los Nets de Newark a Brooklyn. Aquel año, una inmensa valla publicitaria (con una imagen del magnate ruso Mikhail Prokhorov y el rapero Jay-Z, ambos propietarios de la franquicia ahora de Brooklyn, sobre el eslogan “huella de grandeza”) colgaba a pocos metros de la principal salida del Madison Square Garden, la casa de los Knicks. Desde entonces, ya sobre el parqué, el trash talk ha continuado entre los jugadores, con Joe Johnson proclamando a los Brooklyn Nets como “definitivamente, el mejor equipo de la ciudad”, o Carmelo Anthony declarándose estar “preparado para el reto cuando éste llegue”.

Faltan tres meses para el inicio de la regular season, pero la ciudad de Nueva York parece estar ansiosa ante esta “nueva” y fuerte rivalidad que ahora empieza. Unos (los Knicks y sus fans) parecen, de momento, mostrarse perezosos al respecto; mientras los otros (los Nets) están todavía en el proceso de ser mirados por encima del hombro por el “hermano mayor” de Manhattan. New York y Brooklyn aún no se han enfrentado, pero nadie duda de que no se gustan.

A ver, los Knicks han sido siempre la franquicia bandera por esos lares; mientras los Nets, a pesar de sus éxitos (han jugado dos Finales de la NBA desde que los Knicks lo hicieran por última vez), han tratado de vivir lo mejor posible, siempre a la sombra, y a menudo tratando desesperadamente de ser noticia. Sin más. Pero ahora y de repente, con el traslado a Brooklyn, los Nets están donde iluminan los focos, mientras tratan de afianzarse lo más rápidamente posible a su nuevo entorno. Para ellos, en este año se trata simplemente de hacer ruido ahora que todo el mundo les mirará. No sin razón se han gastado lo que se han gastado.

En números y desde que la semana pasada se abriera la posibilidad de hacer oficiales los movimientos del mercado de agentes libres, hablamos de nueve nuevos contratos con un valor total combinado que sobrepasa los 330 millones de dólares. Con tal cantidad de dinero, los Nets poseen quizá uno de los mejores backcourts de la Liga, con Deron Williams (que descartó a los Mavs para ser el estandarte de este nuevo proyecto en Brooklyn), Joe Johnson y Gerald Wallace. Los tres ya All-Star. A su frontcourt tampoco muchos le podrían hacer ascos, con un Brook López capaz de anotar 20 puntos por noche cuando se lo propone, o una máquina del doble-doble como puede ser Kris Humphries si está centrado tan solo en el baloncesto. C.J. Watson, MarShon Brooks, Reggie Evans, Jerry Stackhouse y Mirza Teletovic serán los complementos desde el banquillo, y no precisamente un mal banquillo.

Los Nets han perdido definitivamente la opción de incorporar a Dwight Howard (o Howard la de incorporarse a los Nets), y eso es lo que les mantendrá por ahora fuera de las posibilidades de anillo. Pero incluso sin Howard, estamos ante un tan buen como interesante equipo, que ya es mucho más de lo que se ha podido decir de los Nets en la última década.

¿Y los Knicks?. Bueno, los Knicks, por su parte, siguen siendo los Knicks, y en esa ciudad eso siempre cuenta para algo. Sí, Nash finalmente eligió Los Angeles, y Lin y Fields firmaron lucrativos contratos con Houston y Toronto respectivamente. Pero ser el equipo más distinguido en el mayor mercado del país (y una de las franquicias más rentables de la competición) permite no tener que hacer demasiado como para atraer la atención de todos.

Anthony, Amar’e Stoudemire y Tyson Chandler son el quid de la cuestión en el MSG, y su rendimiento en lo colectivo marcará la dirección que emprendan los Knicks la próxima campaña. El preciso tirador Steve Novak ha renovado, J.R. Smith también sigue, y Raymond Felton (cuyo recuerdo como jugador de New York de hará esta temporada dos cursos es más que agradable) será el encargado de dirigir al equipo en pista. Los Knicks también se han aventurado hacia el Upper West Side para sacar a Jason Kidd, Marcus Camby, Kurt Thomas y Pablo Prigioni de la exposición de dinosauros del Museo de Historia Natural, en busca de la tan necesitada veterana sabiduría.

¿Les hace todo ello mejores que los Nets? Cuesta decirlo, pues ambos equipos son más fuertes donde el otro es más débil. Pero lo más bonito y excitante de esta rivalidad es que, llegada la próxima primavera, ninguna de las dos franquicias tiene opciones reales de anillo, así que la mejor opción para Knicks y Nets es la de defender su orgullo. El orgullo de New York.

Knicks y Nets, Nets y Knicks, no competirán ante el resto de la Liga. Lo harán el uno contra el otro, con el derecho a representar a la Meca del baloncesto en juego. Es Jay-Z contra Spike Lee. Atlantic Terminal contra Penn Station. Prospect Park contra Central Park. Brooklyn contra Manhattan.

Como dijo Spike Lee, “es la guerra”. Y así es como debe ser.


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