Kobe Bryant: legado fuera de control

Kobe Bryant ha encarado esta condensada temporada NBA con lo que quizá sea el mayor sentido de urgencia personal en sus ya 15 campañas de carrera profesional. Y eso no es precisamente poca cosa, considerando lo poco que siempre ha necesitado el guard de Los Angeles Lakers para motivarse año tras año.

Hayan sido rendimientos cuestionables, nuevas lesiones o dudas constantes por parte de sus muchos críticos, Bryant siempre ha encontrado la manera de prepararse mentalmente para el reto que supone una temporada regular. Este año, ciertamente, tampoco anda corto de motivaciones.

La edad, un nuevo entrenador, el final de la temporada anterior, interrogantes en el puesto de pointguard y una plantilla a la baja, han proporcionado una gran cantidad de obstáculos a superar por Kobe, en su continua busca de la grandeza. Pero, ¿cuánto más puede conseguir Bryant en su exitosa carrera antes de que su reloj se pare para siempre?

Sin duda que superar a su excompañero y todavía “rival” Shaquille O’Neal en la quinta posición de máximos anotadores de todos los tiempos es un gran logro en lo personal. Pero cosechar cualquier otro reconocimiento, individual o colectivo (y a pesar de ser desde el pasado Partido de las Estrellas de Orlando el jugador con más puntos anotados en tal evento), en esta temporada va a ser un poco más complicado.

Gracias a liderar la clasificación general de puntos por partido con 28,4, Bryant es sin duda un fuerte aspirante a la hora de llevarse los honores como MVP de la regular season. Solo hay un problema. Otros jugadores están teniendo una temporada mejor, y ello se refleja, también, en las respectivas actuaciones de sus respectivas franquicias.

En este punto, la mayor competencia que se le presenta a Kobe se llama LeBron James, lo que es un auténtico inconveniente considerando que James está teniendo este año la mejor de las temporadas regulares de cualquier jugador en la historia de la NBA. Y eso sin haber mencionado todavía que los números de James se ven reforzados por el hecho de ser su equipo, Miami Heat, el líder de la clasificación basándonos en el balance de victorias y derrotas. Al final, puede que Bryant le robe algunos votos a James de aquellos impresionados por la habilidad que tiene Kobe de evitar el declive, pero el MVP suele ir para el mejor jugador del mejor equipo y, definitivamente, LeBron James cumple con el perfil.

Las posibilidades de que Bryant logre un MVP más allá de esta temporada son realmente pequeñas, también. O, quizás, ninguna si lo que tendrá enfrente es a jugadores de la juventud y calidad de Derrick Rose o Kevin Durant, ambos bien equipados (personal y colectivamente) para suplantar a James en tal distinción las próximas temporadas.

Con 33 años, Kobe Bryant sigue demostrando ser sin duda uno de los mejores jugadores del mundo. Pero si éste curso está siendo, en algún sentido y por lo inesperado, un renacimiento de la figura de Bryant como jugador, también está siendo el inicio de una muerte lenta y dolorosa de la franquicia de los Lakers como dinastía.

Por ello, en este punto de su camino, seguro que Kobe sacrificaría cualquier premio individual por un sexto anillo por el que, no hace mucho, ha declarado públicamente estar “obsesionado”. Sobra decir, sin embargo, que esta versión de los Lakers está lejos de poder conseguir ese objetivo. Muy lejos. Incluso, existe la posibilidad de que la franquicia de Los Angeles acabe incluso fracasando en su intento de llegar a la post-temporada, dada la dureza de la Conferencia Oeste.

Si la temporada regular acabara hoy, los Lakers serían quintos en el Western, lo que tan solo es 2 partidos por encima de la línea que marca el octavo y último clasificado para Playoffs. Con la constante inconsistencia mostrada por los angelinos en lo que va de temporada (especialmente fuera del Staples Center, donde ya han perdido el doble de los partidos que han ganado), no existen garantías fiables de que puedan aguantar en su posición actual; no hablemos ya de poder mejorarla.

Para Kobe Bryant, cada temporada que termina sin anillo es un fracaso. No importa qué premios individuales pueda conseguir.

Probablemente, la edad romperá a Bryant como ningún oponente en la pista ha conseguido romperle. Y, paralelamente, el deterioro de su juego irá en paralelo con el de su equipo.

Asumen todas las partes que Kobe Bryant acabará su carrera con el uniforme púrpura y oro, aunque sea forzado a ver como sus últimos años en el profesionalismo puedan estar ensombrecidos por la falta de visión del management de la franquicia angelina. Sea como sea, Kobe Bryant será para siempre más recordado como uno de los mejores jugadores que nunca haya jugado a baloncesto, pero, por primera vez en su larga y exitosa trayectoria, la capacidad de seguir construyendo un legado legendario está totalmente fuera de sus manos.


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