Matt Bonner eleva el triple a lo más alto

Huele a pólvora quemada. Otra traca pronto prenderá, la más fastuosa y ruidosa, en la que todos menos uno se quemarán en busca de la gloria. Pero para catorce franquicias una playa en Bahamas o un casino en Las Vegas será el mejor paréntesis antes de soñar con el draft. En nada se conocerán los nombres de los grandes ganadores, los premios individuales que marcan el reinado del narcisismo y la egolatría en la NBA. Pero entre tantos MVPs se reconoce entre el montón de nobles metales una piedrecita de nada, un mínimo detalle que no resalta a la vista, pese a su tamaño nunca visto y el brillo de su cobrizo cabello. El pelirrojo Matt Bonner cierra la regular season como el mejor triplista de toda la Liga, un premio que nunca había recibido un jugador interior y tampoco nadie de su altura (6’10, unos 2.08).

Bonner ha anotado 105 de los 230 intentos (45.7%), el único que supera la barrera del 45% y claramente superior al segundo, Ray Allen (44.4%). Logra el premio siendo sólo el 83º jugador que más triples ha intentado. Se da la curiosidad que tiene un acierto similar desde esta distancia que desde posiciones más cercanas (46.4% de dos). De cada cinco de sus tiros, aproximadamente, tres son triples. En el tercer partido de la temporada, ante Oklahoma, realizó un espectacular pleno de 7/7.

Es verdad que Matt Bonner no encuentra su hábitat natural en la sombra del aro y su huella se desplaza por el arco del triple. Es un especialista, un cuatro que firma sus cheques gracias a su alto rango y porcentaje de lanzamiento en un equipo con potentes penetradores (Ginóbili, Parker o Jefferson) e interiores muy puros (Duncan, Blair, Splitter o McDyess) que cierran las defensas. Es ahí, en un pick’n’pop o favoreciéndose de una ayuda, cuando tiene que estar preparado para recibir un tiro abierto, preferentemente oculto en una esquina. Gregg Popovich ha utilizado este arma de alto calibre para engalanarse de anillos desde tiempos inmemorables con jugadores como Brent Barry, Steve Kerr, Robert Horry, Bruce Bowen… y este año aposenta, entre otras cosas, una nueva candidatura por ser el mejor equipo desde el 7,23 (6,70 en las esquinas) con un 39.7%.

Ni en el baloncesto mundial ni tampoco en la NBA es sorprendente ver a hombres altos que en décadas anteriores hubieran sido castigados con látigo de despegarse de las letras, pero que ahora les salen ronchas si se acercan tanto a la batalla de los aros y viven de su fina muñeca. Ahora, desde alero alargados a pívots blanditos afloran en el universo del planeta naranja. En la NBA son conocidos bombarderos como Mehmet Okur, Ryan Anderson, Troy Murphy, Rashard Lewis, Dirk Nowitzky, Danilo Gallinari, Vladimir Radmanovic, Brian Cook, Channing Frye o Andrea Bargnani los que han seguido la estirpe de los pioneros en estas latitudes como Larry Bird, Bill Laimbeer, Sam Perkins, Brad Lohaus o los más cercanos Robert Horry, Antoine Walker, Tony Kukoc, Raef LaFrentz, Jorge Garbajosa, Pat Garrity o Donyell Marshall.

Pero nadie como Bonner había llegado tan alto. Al número uno. El único antecedente es Red Robbins, un interior más bajito (2.04), que alcanzó este título con un 40.85% con los Utah Stars en la funky ABA (1971-72). Otras referencias se sitúan en el premio en el concurso de triples del All Star que obtuvieron Larry Bird (tres) y Dirk Nowitzky y por donde últimamente es obligado presenciar la silueta de un hombre alargado (nunca lo ha hecho Bonner). Sin embargo, los números del exalumno de Florida son espectaculares y es el séptimo mejor triplista en activo (41.49% en su carrera) y el 13º en la lista general de jugadores que han disputado un partido en la NBA (41.4%). Su marca de esta temporada es la 38º mejor actuación individual y será el primer jugador de más de 2.08 que concluye una liga regular con un porcentaje superior al 45% por detrás de marcas como la de Troy Murphy (44.97%: 2008-09), Danny Ferry (44.87%: 2000-01 y actual Vicepresidente de los Spurs), Matt Bullard (44.63%: 1999-2000), Tony Kukoc (44.59%: 2000-01) y Mehmet Okur (44.55%: 2008-09). En sus siete temporadas como profesional, en cuatro ha superado el 42%.

No ha sido, sin embargo, una añada de excelentes triplistas. La marca con la que domina Bonner es la sexta más baja en los últimos 25 años y está a años luz del récord de efectividad que estableció el año pasado Kyle Korver (55.64%) en Utah Jazz.


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