Mercado NBA: un verano para recordar

Incluso con la mayoría de las superestrellas de la NBA trabajando a destajo para el Team USA en Londres, la Liga ha conseguido (de nuevo) sacarse de la chistera un verano lleno de estimunlantes movimientos de jugadores.

Claro, debemos reconocer que ningún equipo está por delante de los Lakers en tal escenario. Pero con el inicio de los training camps a tan solo unas semanas de distancia, es hora de empezar a trazar análisis sobre qué movimientos, de los que menos se ha hablado en julio y agosto, pueden crear un importante movimiento sísmico llegada la próxima primavera.

Y toca empezar por… bien, L.A. Aunque se espera de los Lakers que disfruten de una titánica repercusión mediática acorde a lo que de las contrataciones de Nash y Howard se espera que produzcan sobre el parqué, no convendría ignorar lo que los otros propietarios del Staples Center han conseguido este verano. A la espera de las recuperaciones de Griffin y Paul, puede que los añadidos de los Clippers resulten contribuciones clave en lo que será una Conferencia Oeste más dura que nunca.

Con lo que Kobe ha conseguido juntar a su alrededor, quizá que se nos ha olvidado que los Clippers han visto aumentada su percepción de la profundidad de plantilla mediante la incorporación de Grant Hill y Lamar Odom. Si el primero responde bien al tratamiento que de su maltrecha rodilla está haciendo en Alemania, y el segundo reajusta su software para olvidar la versión que de él vimos en Dallas, los Clips tienen a dos veteranos curtidos en mil batallas cuyas aportaciones en post-temporada pueden resultar de lo más provechosas.

Pero es que los Clippers han conseguido también sumar a Jamal Crawford a su ambicioso proyecto que comenzó ahora hace un año, así como renovar a Chauncey Billups. Crawford es un asesino cuya sangre se va enfriando a medida que se acerca el final apretado de un partido. Y de la importancia de Billups habla la bajada en el rendimiento de Los Angeles desde que se rompiera el tendón de Aquiles. Estos dos nuevos contratos, ejecutados sin tener que desprenderse de Eric Bledsoe, quizá no permitan seguir la tracción competitiva que los Lakers generen, pero harán de los Clippers un hueso muy duro de roer por cualesquiera que sean los rivales que se crucen en su camino en los Playoffs.

Otro equipo con infravaloradas incorporaciones son los Mavs de Mark Cuban. Aunque bien es cierto que se esperava allí la llegada de algún agente libre cinco estrellas, puede que no nos hayamos dado cuenta de que este año son un equipo significativamete mejor de lo que fueron el curso pasado. Y el enorme mérito de ello radica, en su caso, en conseguirlo sin romper su futura capacidad salarial.

De acuerdo, mejorar a un equipo que fue barrido en primera ronda por los Thunder en la pasada post-temporada no requiere de demasiada dificultad. Pero sea como sea, Dallas tiene ahora a un joven y muy buen pointguard en la figura de Darren Collison, otro joven y mejor tirador en O.J. Mayo, un nuevo center competente bajo el uniforme de los Mavs en Chris Kaman, y una buena pieza en la rotación interior como ahora es Elton Brand. Y los cuatro, juntos, no superan los 17 millones de dólares en salario para la próxima temporada.

Puede que los Mavs no sean del todo una amenaza real llegados los próximos Playoffs, pero Collison y Mayo (ambos con una player option para la campaña 2013-14) pueden ser excelentes jugadores secundarios para una franquicia que tendrá la posibilidad de gastar (y mucho) el próximo verano.

Los Phoenix Suns también pasan netamente el corte de rivales por los que preocuparse en la concurrida Western Conference. En un verano marcado por las marchas de los propios Hill y Nash, los Suns han conseguido hacer aterrizar a Goran Dragic, Luis Scola, Wesley Johnson y Jermaine O’Neal.

Podemos debatir si éstas son maniobras de nivel llegar a los Playoffs, pero una incorporación que puede comportar una vigorosa productividad es la de Michael Beasley. Aunque a lo largo de su carrera NBA han surgido oportunas preguntas alrededor de su concentración en general, Beasley tiene las condiciones físicas y técnicas intactas. Esas que pueden convertirle en la seria amenaza ofensiva que no se ve en Phoenix desde la marcha de Stoudemire a New York.

Hablando de los Knicks, la incorporación Marcus Camby cubre el perfil de movimiento under-the-radar. Camby vuelve a New York como seguro de vida de Tyson Chandler y, en menor grado, Amar’e Stoudemire. Pasados los Juegos Olímpicos, Chandler ya no tiene las cinco faltas y los arbitrajes internacionales contra los que competir. Pero para los Knicks, tener también a Camby protegiendo los aros y contribuyendo en el rebote puede ayudar a New York a plantear más lucha cuando llegue la hora de la verdad.

Aunque en el Este, todo sea dicho de paso, no son los Knicks y sí los Celtics el equipo que más desapercibido ha pasado a la hora de reforzarse, y reforzarse bien. Y no nos hagamos ahora los sorprendidos. Estos chicos simplemente tienen demasiado orgullo como para despegarse del adjetivo “aspirante”, así que tan solo unas pocas semanas después de estar apunto de eliminar a los Heat de su carrera hacia el primer anillo de LeBron, los C’s ya se estaban preparando para otra intentona más.

Y vaya cómo lo han hecho este verano. Renovar a Kevin Garnett y Brandon Bass fue sin duda un buen comienzo; y draftear a Jared Sullinger un acierto, dadas sus capacidades de ser de gran ayuda en la segunda unidad. Pero es que Boston ha absorbido la pérdida de Ray Allen nada menos que contratando a Courtney Lee y al quizá mejor sexto hombre del último lustro en la NBA, Jason Terry. Cierto es, también, que puede que Doc Rivers tenga problemas en distribuir buenos minutos a todo su arsenal una vez Avery Bradley se recupere físicamente, pero pocos coaches manejan el ego de los jugadores de manera más inteligente que Doc.

(Puede, por cierto, que la mejor incorporación de la temporada para los Celtics sea Jeff Green, una vez renovado, y recuperado de los problemas cardíacos que le mantuvieron fuera de la competición el año pasado).

Queda lejos, pero los propios Heat no dejaron pasar la oportunidad de hacer temblar los cimientos de la Liga cuando incorporaron, en un abrir y cerrar de ojos, a Allen y Rashard Lewis. El primero se va a hinchar a meter triples gracias a las dobles (y hasta triples) ayudas defensivas que padecen James y Wade cada vez que deciden entrar a canasta; mientras que el segundo tampoco se quedará corto en tal misión ahí, en su esquinita.

Y para terminar, sí, Brooklyn. Nueva franquicia. Gran reto. Muchísimo dinero. Renovar a Brook López y Kris Humphries le costará a Mikhail Prokhorov 25 millones de dólares esta misma temporada. El payroll de la franquicia incluye, además, los 19’7, 17’1 y 9’6 que, respectivamente, cobrarán este curso Joe Johnson, Deron Williams y Gerald Wallace.

Sin embargo y curiosamente, quizá sea el trabajo del también recién adquirido Reggie Evans (que tan solo cobrará 1’6 millones de dólares en 2012-13) el más necesario. El enorme poderío ofensvivo de Evans dará al resto segundas oportunidades de ganarse su abultado sueldo.


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