Miami Heat: artillería pesada

2 de marzo de 2011 en el EnergySolutions Arena de Salt Lake City. Con Miami un punto abajo, LeBron James pasa la última posesión del partido a Udonis Haslem, que falla el potencial tiro ganador.

Tendrán presente los que tengan mejor memoria que aquella decisión final de James le puso, de nuevo, en el foco de todas las críticas por no haber querido jugársela él mismo. Poco importa ahora lo que poco importaba entonces: que James, al que le saltó en ayuda defensiva el defensor de Haslem, tomó la decisión correcta haciendo aquel pase para alguien que no suele fallar jumpers abiertos a 4-5 metros del aro. Eran otros tiempos, los Heat encaraban la segunda mitad de la segunda temporada del Big Three todavía con dudas. LeBron James aún no había conseguido su primer anillo.

Salto en el tiempo y casi nueve meses después, James estaba en la misma tesitura el pasado sábado ante Cleveland. ¿Su decisión? Pasarla otra vez.

Solo que el receptor no fue Haslem en este caso y sí Ray Allen, que con ese triple a 18 segundos del final del partido ponía el 110-108 definitivo, victoria para Miami. ¿Críticas ahora? Ninguna. LeBron James es ahora campeón de la NBA, su rendimiento sigue asombrando al mundo y Ray Allen es, nada menos, que el tirador de tres puntos más prolífico de la historia de la NBA.

“Nunca me importarán las críticas que reciba por tomar la decisión correcta”, dijo James tras derrotar a los Cavs. “Así he crecido. Me enseñaron a tratar siempre de hacer la mejor jugada, sin emportar si hoy Ray hubiera o no metido el tiro”.

La presencia de Ray Allen este año en el roster de los Heat, acompañada por el acierto de éste en situaciones límite en este principio de campaña, hace aumentar el debate sobre quién en Miami debe asumir los tiros más calientes de los encuentros. Con James y Dwayne Wade siempre en las conversaciones, Ray Allen aparece ahora como la tercera vía. Y es que Allen ya decidió con un 3+1 a 6 segundos del final la victoria de sus Heat ante Denver el pasado 3 de noviembre.

Han pasado ya dos años y medio desde que la decisión de King James cambiara el paisaje en la NBA. El camino ha sido largo y a menudo demasiado bacheado para los Heat, pero ver como el equipo de Erik Spoelstra se maneja ahora en los finales apretados de los partidos, indica cómo de bien han cambiado las cosas para la franquicia de Florida. Simplemente, los jugadores se sienten ahora muy cómodos los unos con los otros.

Los roles que la realidad de este tiempo pasado en los Heat nos deja, distan mucho de lo que en un principio podíamos predecir allá por el mes de julio de 2010. Wade y Chris Bosh, en sus posiciones respectivas y con sus respectivos condicionantes de juego y estado físico, han sabido dar un paso atrás. LeBron James monopoliza el escenario, en toda la pista, pero verle delegar cuando lo considera oportuno es la prueba de madurez definitiva. Y ganar su primer anillo ha sido el detonante.

¿Qué decir de James y Wade? Hemos visto como ganaban decenas de partidos con sus tiros sobre la bocina final o con un extenso catálogo de game-winners en el clutch time. Pero es que Bosh también sabe meter canastas decisivas, como Shane Battier, Mario Chalmers o hasta Mike Miller o Norris Cole. Pero ninguno de estos últimos cinco ejemplos es el jugador al que recurrir primordialmente cuando el tiempo aprieta y hay que ganar. Ray Allen sí.

LeBron James va a continuar siendo un jugador de equipo que pasará un balón decisivo si encuentra algún compañero abierto. Pero la diferencia está en que si éste es Ray Allen, de ninguna forma nadie podrá criticarle por ello. Por cómo está Allen al final de sus primeros partidos con los Heat, más bien al contrario; paradójicamente, le criticarán si no se lo pasa.


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