Pau Gasol: Análisis temporada NBA 2010-11

La desastrosa post-temporada de Pau Gasol ya ha sido más diseccionada que una rana en una clase práctica de biología, así que nos ahorraremos el refrito. El pequeño secreto que esconde esta historia, sin embargo, es que su rendimiento en regular season ya anticipaba lo que podía acabar ocurriendo, aunque de una manera mucho más sutil.

La temporada 2011 de Gasol ha sido, basándonos en su rendimiento en años anteriores, irregular. No se puede decir que Pau haya jugado mal, pues no lo ha hecho. Muchos big men de la NBA estarían plenamente satisfechos con sus números (18.8 puntos, 10.2 rebotes, 3.3 asistencias y 1.6 rebotes, en temporada regular), pero una de las fortalezas de Gasol fue siempre su consistencia y, esta temporada, no es que el de Sant Boi haya sido demasiado fiable en el análisis partido a partido.

Sus rachas son la demostración más palpable de dichas inconsistencias. Las medias en anotación durante los meses de diciembre y enero estuvieron por debajo de los 17 puntos, incluyendo un mes de diciembre en el que Gasol estuvo también por debajo del 50% en acierto en tiros de campo; algo hasta ahora inaudito en Pau. Las inconsistencia se rebelaron también debajo del aro. Siete partidos con 16 rebotes o más durante la regular season, pero al mismo tiempo multitud de ellos con un solo dígito en este apartado. Incluso durante el periodo de dominio de los Lakers (post All-Star), hubo cuatro partidos consecutivos en los que Pau solo cogió cinco rebotes en cada uno de ellos. Cinco rebotes es una cifra modesta para Kobe Bryant en ese aspecto del juego. No digamos pues para un siete pies como Gasol.

Pero más allá de los números, está la presencia general de Gasol o, en este caso, su frecuente ausencia. Demasiados partidos en los que no estuvo efectivo facilitando el triángulo o poniendo al servicio del equipo su enorme versatilidad. Demasiados partidos con un lenguaje corporal o una intensidad defensiva más que mejorables. Y demasiados pocos partidos con Pau Gasol imponiendo su superioridad y demostrando su deseo. A lo largo de la temporada, demasiadas veces la pregunta “¿Qué le pasa a Pau?” encima de la mesa.

La causa de su inestabilidad puede que permanezca para siempre siendo un misterio. Pero de buen seguro que se trata no tan solo de un único factor. Llegaron signos de fatiga inmediatamente después de que Theo Ratliff se uniera a Andrew Bynum en la lista de bajas, lo que dejó a Pau Gasol como único center de la franquicia. Una cosa es que tus minutos en pista crezcan jugando en tu posición, como lo que suele ocurrir con Lamar Odom cada vez que Bynum se ausenta. Otra cosa bien distinta es que eso mismo suceda en una posición que, por naturaleza, no es la tuya.

Y eso es lo que le viene sucediendo cada temporada a Gasol en más o menos partidos. La exigencia física que tiene el puesto de center en la NBA es distinta (mayor) a la de un power forward, así que el peaje que paga Pau por ello año tras año tiene su coste. Las cifras en anotación en los segundos partidos de un back to back (17.5 puntos y 50,8% en tiros de campo) respecto a las de partidos con mínimo dos días de descanso (19.3 y 58,7), son aquí el mejor ejemplo de ello.

Sin olvidar que, algunas veces, ha parecido que la cabeza de Gasol ha estado en cualquier lugar menos donde debía estar. Una sensación confirmada por el propio Pau, que acabó reconociendo sentirse afectado por “problemas personales”. No es tarea de esta web ni intención de este artículo ir más allá en este sentido, pero sea lo que sea lo que haya sucedido, Pau Gasol no es el primer jugador cuya vida personal afecta negativamente a la vida profesional, ni será el último. Su ámbito de trabajo es mucho más público que el de la media de trabajadores y su salario bastante más generoso, pero Pau Gasol es, todavía, humano.

Sí habrá que recordarle que el problema, cualquiera que sea, es menos importante que su capacidad de superarlo, al tiempo que exigirle que, en lo deportivo, vuelva a centrarse en tratar de dar lo mejor de sí en cada entrenamiento, en cada partido, la temporada que viene. Algo que, por cierto, Pau Gasol lleva años demostrando ser capaz de hacer. No se llega donde él está si esa habilidad y ese tesón.

Tendremos la prueba en el inicio de la próxima campaña, allá por el próximo mes de Octubre. Pero por si sirve de algo, Gasol sufrió más de lo publicado tras las Finales perdidas ante los Celtics en 2008, y usó ese cuerno quemado como motivación para volver todavía más fuerte. Habrá que confiar en que algo similar suceda tras su innegable pobre rendimiento en estros últimos Playoffs. Una generosidad ésta que, sin embargo, no se extiende al ponderar su temporada y catalogarla de insuficiente.


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