Paul Gasol, 50º máximo anotador de la historia de la NBA

El panorama actual nos empuja a retrotraernos a esa época en la que Pau Gasol era jugador de Memphis. La de sus primeros años. Por entonces, el catalán era un torrente individual al que no acompañaba la corriente del río. Sus números eran estupendos, pero dejaba de realizarlos llegado el partido 82; pues los Grizzlies no lograban clasificarse para Playoffs.

Desde entonces —excepto en 2007— renovaba religiosamente su pasaporte anual a la postemporada. Únicamente en 2014 —con el ala-pívot más abandonado que un colegio en un domingo—, volvió a contar mayo como un mes de vacaciones. Ahí tuvo sentido pues, a pesar de firmar buenos números —ya que no había muchos más en condición de hacerlos—, su temporada fue mala. Y fue mala porque sabemos lo que podíamos exigirle a Pau.

Su nombre, aunque todavía un referente en la élite del juego interior, había sufrido una pérdida de valor. Quizás de uno o dos escalones. Es por ello que su salario se redujo a poco más de siete millones cuando pactó con los Chicago Bulls. Aún así venía para ser una pieza importante. A entrar en el trompo con Joakim Noah, y que de esa expectante mezcla de caliza y arcilla saliera el cemento. Una pintura consistente y de las de mayor calidad que se podía imaginar en la NBA.

Solo en compañía

Y entonces todo salió mucho mejor de lo esperado. Al menos en cuanto al ’16’ se refiere. Su nivel exhibido fue excelente, su precio una ganga, su aportación esencial, y su DNI totalmente desacreditado, pues a los 34 años Pau Gasol la volvía a liar. Los Bulls, nada que ver con los Lakers de su último año, eran un buen equipo y medianamente compensado. Alcanzar los Playoffs no fue una tarea complicada, y ya en las eliminatorias lograron plantar batalla a los Cavaliers de LeBron.

Pero no importaba. Chicago estaba en crecimiento. Derrick Rose volvía a jugar con continuidad —que no es poco— Jimmy Butler estaba en fase de consagración, y las fascitis de Noah no ayudaban a exprimir lo mejor de esa pareja de IQ privilegiado.

Pero el proyecto no ha podido evolucionar. Este año la enfermería no ha tenido piedad. Se ha convertido en un ente caprichoso y hambriento de atención, y a Hoiberg no le ha dado un respiro. A eso sumas un nuevo —y por ahora fallido— sistema, un equipo que no defiende y una caída de rendimiento inexplicable desde que nació el 2016, y nos encontramos ante lo que nos encontramos; un equipo ‘de Playoffs’ encomendado a la Virgen de Lourdes para que ocurra una cosa muy difícil —que Indiana pierda ante Nets, Knicks y Bucks— y luego otro milagro —que ellos venzan ante Cavaliers, Pelicans y Sixers—.

El rezo podría terminar esta misma noche ante el Big Three de Ohio. Y dos encuentros después podría concluir también la aventura de Gasol en su tercer equipo de la NBA.  KC Johnson, periodista del Chicago Tribune, ya lo da por hecho; salvo sorpresa monumental, Gasol renunciará a su opción de jugador y no seguirá habitando en la Windy City la próxima temporada.

Y entonces en Chicago sabrán —si no lo saben ya— a qué clase de jugador han perdido. En realidad no me cabe duda de que son conscientes de ello, pues ellos lo han visto renacer tras dos campañas apagado, y tras sus cifras este curso, ha recibido un flyer sólo para privilegiados. El que da acceso a una fiesta donde se congregan importantes personalidades. Unas retiradas, otras leyendas todavía en activo. Pero todas comparten una condición: se encuentran entre los 50 máximos anotadores de la historia de la NBA.

El hito individual

La salud, crucial, ha respetado al power forward los dos últimos años, y eso nos ha permitido contar lo que os contamos. Como bull ha jugado 151 partidos de regular season; es decir, sólo ha faltado en once. Y en ese tiempo ha alcanzado registros titánicos.

  • 50º máximo anotador de la NBA. Así es. La derrota ante Miami Heat, que casi truncaba de manera definitiva de postemporada en Chicago, hizo que casi pasase desapercibida una gesta semejante. Gasol se situaba en los 19.198 puntos. Esto quería decir que sustituía a Gail Goodrich (19.181) como el 50º jugador con más puntos de la historia de la mejor liga del mundo. A tiro tiene ahora a Eddie Johnson (19.202) y Bob Lanier (19.248). En el puesto 47º aparece el siguiente jugador aún en movimiento, Joe Johnson (19.267)
  • 10.000 rebotes. En la línea de elegir partidos fatídicos para las hazanas personales, las 10.000 capturas de Pau Gasol se devengaron ante Detroit Pistons, donde recibían una paletada más de tierra sobre su féretro deportivo. En estos momentos, un jugador siempre tildado de blando y de intensidad dudosa, aglutina 10.036 capturas. Hay que decir que de rebasar antes de su retirada las 11.000, se adentraría en un continente de apenas 28 jugadores.
  • 500 dobles-dobles. Ante los Rockets sí ganaron, y Pau se hacía merecedor del apodo de ‘Mr. Doble-Doble’ mucho más que otros que lo ostentan con menor merecimiento. Aquí el club sí que es terriblemente selecto. Se convertía en, nada menos, que el 11º de siempre en alcanzar las cinco centenas en esta categoría. Brutal… brutal.

Y ahí está la burbuja. La pompa de jabón que se eleva y a punto está de colarse en territorio hostil y hacer ¡plof!. Unos Playoffs que no entienden de epopeyas individuales y que se preparan para darle con la puerta en las narices.

Pero Pau ha de mirar el futuro con optimismo. En Chicago o en donde sea. Porque a punto de cumplir los 36, promedia 16,6 puntos, 11 rebotes 4,1 asistencias y 2 tapones. Cifras de escándalo a cualquier edad, y que ahora invitan al español a darse una vuelta por las bodegas exclusivas de los Gran Reserva.


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