Rajon Rondo en la montaña rusa

Si las actuaciones de Rajon Rondo fueran un valor en bolsa, su comportamiento se definiría con una sola palabra: volatilidad. Sus estadísticas acumuladas esta temporada subieron muy fuerte al empezar el año, pero, últimamente, han caído en picado.

En los primeros 44 partidos de la temporada, en el periodo que va de Octubre hasta finales de Febrero, Rondo jugaba 37,6 minutos por partido, en los que promediaba 11,0 puntos, 12,3 asistencias y 4,5 rebotes por noche, al tiempo que anotaba el 51,0% de los tiros a canasta intentados.

Pero llegó el 24 de Febrero, la fecha límite para realizar traspasos durante este curso, y sus números tocaron el pico máximo antes de empezar a caer. A caer sin freno. Desde entonces, los Celtics jugaron 16 partidos en 30 días. En ese tramo, Rondo (que seguía jugando ahora 36,3 minutos por partido) promedió 7,6 puntos, 8,9 asistencias y 4,0 rebotes. Su porcentaje de tiro disminuyó dramáticamente durante esos 16 encuentros hasta situarse en un discreto 38,0%, perdiendo Boston siete de esos dieciséis duelos.

Más tarde, en un recorrido más que sombrío, los Celtics jugaron ocho partidos del 6 al 19 de Marzo, consiguiendo en ese tramo Rondo dobles dígitos en asistencias tantas veces como ninguna, promediando tan solo seis puntos por encuentro y anotando un pírrico 32,4% de sus tiros de campo.

Determinar la razón de este enorme descenso productivo, como la del por qué de una caída tan brusca de una acción bursátil que estaba en lo más alto de su valor, se convierte en un tema muy interesante.

Cuando los Celtics inesperadamente traspasaron a Kendrick Perkins, uno de los mejores defensores en el poste de toda la NBA, a pocas horas del límite en que la Liga permitía movimientos, los fans de Massachusetts estuvieron, al principio, altamente consternados por cuál sería el compromiso entonces del equipo en lo que a defensa interior se refiere. Pero mientras varios indicadores apuntan a que el equipo ha solventado ese aspecto del juego de forma satisfactoria sin Perkins, las inquietudes en Boston persisten. La principal preocupación ahora es que la salida del hasta entonces center titular de la franquicia ha afectado la psique del equipo y, con ello, las actuaciones de un Rajon Rondo desde el primer día inestable mentalmente.

Y eso que el inicio de temporada de Rondo solo puede catalogarse de espléndido. Sumó 82 asistencias (un asombroso porcentaje de 16,4 por aparición) en los primeros cinco partidos del año, estableciendo un record histórico de la NBA en cuanto a mayor número de asistencias repartidas por un solo jugador en los primeros cinco encuentros de una temporada. Con el progresar de la regular season, y a pesar de que insistentes pequeñas lesiones hacían siempre acto de presencia, Rondo continuó actuando al más alto nivel. Tanto que, con Boston ganando 23 de los primeros 27 partidos, el nombre de Rajon Rondo (además de ocupar la portada al completo de la revista SLAM del mes de Marzo) era constantemente mencionado al poner sobre la mesa los nombres de los posibles MVP de la temporada.

Ese 24 de Febrero o punto de inflexión, el balance de los C’s se situaba en un impresionante 41-14, justo antes de que Danny Ainge cometiera el error de desprenderse de Perkins y dejar en estado de shock a todos los miembros del roster de los verdes, incluidos los más veteranos. Rondo jamás declaró ni declarará públicamente que sus números han descendido por este motivo, pero las estadísticas permiten sugerir tal correlación.

Cuando Rondo juega agresivo en ataque y en defensa, los Celtics simplemente arrasan. Boston está hoy en un 35-6 esta temporada (85,4% de porcentaje de victorias) cuando Rajon asiste diez o más veces a sus compañeros por partido. Démosle la vuelta si os parece, 11-14 cuando no es así.

A pesar de indicar Kevin Garnett al ser preguntado al respecto que el rendimiento de Rondo se veía afectado por problemas en un dedo, el propio Doc Rivers desmentía tal afirmación poco después. ¿Es entonces solo un problema mental?. Honestamente, todo y parecerlo, esta cuestión está todavía por resolver.

La respuesta llegará en breve, con el inicio de los Playoffs. Una actuación en post-temporada como la de, sin ir más lejos, la temporada pasada del #9 de los Celtics pondrá a Boston muy cerca de poder izar su ansiada decimoctava bandera de campeones en el techo del TD Banknorth Garden. Un rendimiento como el de las últimas ya muchas semanas, sin embargo, puede hacer sucumbir el proyecto de los Celtics demasiado pronto, y las consecuencias de ello a medio término, aún siendo graves seguro, están todavía por determinar.


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