Se está hacienda ya muy difícil de negar que Tony Parker merece estar al lado de Chris Paul, Derrick Rose, Rajon Rondo y Deron Williams cuando hablamos de los mejores bases de la NBA. Su producción en el mes de Febrero llegó a niveles de MVP, con 23,5 puntos y 8,6 asistencias de media por partido, por lo que todos los entendidos aceptaron sin fisuras su elección para su cuarto All-Star Game.
Durante la ausencia en las canchas de Manu Ginobili, el “General de Tierra” de San Antonio Spurs ha redescubierto el talento que le llevó incuestionablemente a llevarse los honores de MVP de las Finales de 2007. Parker se ha convertido durante este periodo en el líder que Gregg Popovich quiere en la pista, poniéndose a todo el equipo a sus espaldas durante casi toda la temporada.
No es la primera vez que Parker ha estado bien. Pero sí es la primera vez que Parker está tan bien.
De 2005 a 2009, Tony Parker nunca promedió menos de 18,6 puntos por partido ni estuvo por debajo del 49% de acierto en tiros de campo. En la temporada 2008-09, en la que Ginobili tan solo jugó 44 partidos, Parker obtuvo career-highs en puntos (22,0) y asistencias (6,9), que le valieron para obtener su entonces tercera participación en el Partido de las Estrellas.
Con todo lo bueno que era el francés entonces, estamos hoy ante un Parker todavía mejor.
Su mejorado promedio de asistencias nos muestra a un Parker con un juego aún más completo, así como un aumentado compromiso por distribuir de buena manera el balón a las amenazas exteriores que tiene el roster de los Spurs. Siempre capaz de autogenerarse canastas con una irremediable y maravillosa tendencia a conseguirlas dentro de la pintura, la habilidad por facilitar el juego de Parker se está demostrando demoledora.
Actualmente en el camino de conseguir el mejor promedio de asistencias de su carrera (7,9), Parker consigue que jugadores de nivel medio-bajo tipo Richard Jefferson, Danny Green o hasta Matt Bonner parezcan los mejores tiradores de perímetro de la Liga.
En todos los sentidos, los Spurs son ahora el equipo de Tony Parker. El tiempo en que sus sistemas ofensivos giraban entorno a Tim Duncan ya pasó. Ahora, con una responsabilidad mayor, la respuesta de Parker en pista es aún más grande.
Sus 2,93 asistencias por pérdida están por encima de los registros en este apartado que tienen jugadores como Nash, Rondo, Rose o Rubio. ¿Todavía no impresionado? Parker está entre los cinco mejores pointguards de la NBA en lo que a anotación media se refiere (19,5), y su 46,5% de acierto en el tiro está por encima del que posee Derrick Rose, al tiempo que su PER está también en el Top Five en lo que a bases respecta.
Parker no tiene las piernas ni la presencia defensiva de Russell Westbrook. Tampoco te dará triples-dobles de la forma que los da Rajon Rondo. En cambio, usa su excepcional rapidez y su inteligencia baloncestística en pista de forma óptima. Y lo que es más importante, lo hace cuando su equipo más lo necesita.
Sus mejores actuaciones en esta regular season están llegando contra los mejores rivales y contra sus mejores bases. 37 puntos y 8 asistencias contra Philadelphia. 42 puntos y 9 asistencias contra Oklahoma City. O 30 puntos y 10 asistencias contra L.A. Clippers. Y si el termómetro ideal para medir la efectividad de Parker son los éxitos de su franquicia, el 26-12 de los Spurs (segundos en el Western) no deja duda alguna.
Como tampoco lo hace el hecho de que si San Antonio sigue siendo un aspirante tras tantos años (y tantos éxitos), es en gran medida por la presencia y rendimiento de Tony Parker. El francés ya contribuyó, y mucho, a alguno de los anillos que la franquicia consiguió en su día, solo que en un contexto individual bastante diferente. Cuando Duncan estaba en su momento más alto, Parker ya era un segunda espada de máximas garantías.
Ahora, con los minutos de Duncan bajo control físico y las inconstantes apariciones de Manu Ginobili, el antiguo Big Three de San Antonio se ha convertido más que nunca en un One-Man Show con lícitas aspiraciones a MVP.
NOTA: Datos estadísticos a 9 de marzo de 2012.