Ricky Rubio: ha nacido una estrella

No han faltado preguntas, dudas e incluso alguna dosis de ignorancia en algunas de las opiniones vertidas últimamente sobre si Ricky Rubio sabría traducir su juego al idioma NBA. Toneladas de prematuros juicios en torno a si su llamativo estilo en el pase podría triunfar o no al más alto nivel de baloncesto del mundo.

Es pronto, pero los primeros latidos de Rubio en los Timberwolves son prometedores. Entrada ya la tercera semana de competición, se puede afirmar sin titubear que Ricky ya ha hecho suficiente como para impresionar al más incrédulo, mostrando que estamos delante de una estrella en pleno proceso de desarrollo inicial.

Un rareza, la suya. Profesional desde los 14 años y con seis temporadas completas ya en sus espaldas, Rubio no deja de ser un joven y talentoso jugador que comienza su sueño. Muy talentoso. Muy soñado.

Tras solo diez partidos en la élite, Rubio llena el Target Center de Minneapolis, al tiempo que oye aclamar su apellido por su nueva afición. Tanto entusiasmo, tan larga espera, no era en vano. De hecho, en la pista Ricky ha respondido ya a algunas preguntas clave que le permitirán ser baluarte de unos Wolves de nivel post-temporada en las próximas campañas.

Puede anotar: Oh, sorpresa. Uno de los grandes debates alrededor de Ricky Rubio siempre ha sido su capacidad o no para anotar. No lo hizo a menudo en su etapa en España, lo que no era un buen presagio cara al desembarco a los Estados Unidos. Sin embargo, en este aspecto, Rubio ha sorprendido positivamente mostrándonos que si le concedes el tiro, lo realiza. En sus diez primeros partidos en la NBA, Rubio promedia 12,7 puntos por cada 36 minutos en pista. No son los números de Derrick Rose, claro está, pero sí son los de Rajon Rondo.

Rubio no será el máximo anotador de la competición, pero será lo suficientemente peligroso en ese aspecto como para no poder dejarle solo. La anotación no será jamás el distintivo del juego de Ricky, pero ya está demostrando que tampoco será nunca su talón de Aquiles.

Sabe pasar: Lo que sí es el distintivo principal del juego de Rubio que le hace distinto a todos los demás jugadores es su innata habilidad para el pase. El pase correcto, aquel que da ventaja al receptor. No solo es la constante producción de asistencias espectaculares, que también. Se trata, además, de una completa visión del juego en cada momento del partido, quizá tan solo equiparable a la que tiene Steve Nash.

No existe jugador abierto en cancha que vista el mismo uniforme que Rubio y que Ricky no haya visto. Sus 9,8 asistencias por cada 36 minutos son, en realidad, un registro engañoso, teniendo en cuenta que, algunas veces, sus pases son tan brillantes que resultan ininteligibles por sus compañeros y, algunas otras, acaban con error en el tiro del afortunado receptor.

Una vez Rubio se mueva en minutos de titular, lo que (inevitablemente) acabará sucediendo, estaremos ante dobles dígitos en asistencias noche sí noche también, especialmente si esos pases van dirigidos a Kevin Love o Derrick Williams de forma regular.

Que Ricky Rubio pueda terminar una temporada regular siendo el líder en asistencias de la competición es solo cuestión de tiempo.

Ya lidera: Aún con todo, quizá lo más impresionante que nos ha ofrecido hasta ahora Ricky Rubio sean sus dos actuaciones ante las dos franquicias que hace algunos meses luchaban por el anillo de campeones de la NBA.

Contra los Mavs, llevó a su equipo en volandas hasta la victoria. Ante los Heat estuvo tímido al final, pero Miami necesitó de un tiró de Dwayne Wade en el último suspiro para ganar. Sentémonos y asimilemos que, en esos dos partidos, Rubio anotó 26 puntos, cogió 10 rebotes y repartió 19 asistencias en 59 minutos de juego. O lo que es más importante, los Wolves ganaron de 20 puntos en el tiempo que Ricky estuvo en pista en esos dos encuentros.

Más de lo mismo en el último partido de Minnesota, ante los Bulls de Rose: los Wolves perdieron de 11 puntos y al final, pero Ricky Rubio (13 puntos y 12 asistencias, en 36 minutos de juego) anotó o asistió en 45 de los 57 puntos que Minnesota anotó en la segunda mitad, haciendo que, con él en pista, su equipo ganara de siete a uno de los rivales a batir de la competición.

Las auténticas estrellas son las que son los mejores contra los mejores, y los primeros síntomas del juego de Rubio en la NBA van sin duda en esa dirección.

Ricky Rubio es una estrella incipiente. Hicieron bien los Wolves en saber esperar.

Fuente estadística: www.basketball-reference.com


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