Spurs: claves de un largo viaje

Una. Ese es el número total de derrotas que los San Antonio Spurs acumulan en casa tras 14 partidos. Empata como uno de los mejores récords de la Liga en ese aspecto, e incluye una reciente y enorme victoria ante Oklahoma City (107-96), nada menos que el mejor equipo hasta el momento de la NBA.

Pero cuando echas un vistazo al número total de victorias/derrotas de la franquicia de Texas (17-9, a 7 de febrero), no hace falta ser ningún genio para averiguar dónde tienen los problemas estos Spurs. Fuera de casa. Y no son buenas noticias tener que afrontar, desde el pasado lunes y hasta el próximo 23 de febrero, nueve partidos consecutivos fuera del Alamo Dome.

Pero eso es lo que tiene San Antonio: una afición por el rodeo incluso mayor que la que sienten por el baloncesto, que no es poca. En anteriores rodeo road trips, los Spurs han sabido solventar la dureza de su calendario de forma más que satisfactoria. Pero nada hace indicar que esta temporada vaya a pasar algo parecido, visto el 3-8 que presentaban los Spurs a domicilio hasta el inicio de su gira.

Mucho trabajo por hacer y muy poco margen de tiempo para perfeccionarlo.

Empezando por la defensa. ¿Por qué eran conocidos los equipos que ganaron los cuatro anillos en San Antonio?, ¿qué característica valora por encima de todas las demás Gregg Popovich en sus rookies?, y ¿por qué motivo le retirarán a Bruce Bowen próximamente la camiseta en los Spurs?… son tres preguntas que comparten respuesta. Y es que la defensa ha sido siempre el pilar sobre el que se ha sustentado el éxito en San Antonio. Pero esta temporada, fuera de casa, las cosas no van por el camino adecuado.

Los Spurs han permitido a sus rivales 10.2 puntos más de visitante que de local. Un abismo. Y no solo eso. Sus oponentes promedian un 48% de acierto en el tiro cuando San Antonio juega fuera de casa, por tan solo un 43% en el Alamo Dome. También permiten anotar dos triples más a sus rivales fuera de casa de lo que lo hacen en casa, donde, por cierto, cogen bastantes más rebotes.

El camino por el que nos llevan todos estos hechos es irrenunciable: hay que mejorar la defensa a domicilio. Y eso quizá pase por aumentar los minutos en pista en estos nueve próximos partidos lejos de casa de aquellos jugadores que defienden mejor, y disminuir los de los que lo hagan peor. Con nombres y apellidos, Thiago Splitter (15.3 puntos, 9.3 rebotes y 1.4 tapones por cada 36 minutos en pista), por su tamaño, presencia, intimidación y habilidad por dentro, debe restar minutos a DeJuan Blair.

Otro aspecto clave en los Spurs es el rol que tienen en su roster los jugadores de banquillo. Durante la pre-temporada, se podía argumentar que los Spurs habían perdido a su mejor guard tras Manu Ginobili y Tony Parker, George Hill, traspasado a Indiana por Kawhi Leonard. Afortunadamente, sin embargo, y como suele ser habitual, San Antonio ha sido capaz de encontrar diamantes en el desierto, haciendo así de la ausencia de Hill algo sin consecuencias.

Gary Neal ha dado un segundo paso hacia delante desde que recaló en San Antonio, convirtiéndose en un consistente anotador cuando los Spurs requieren de ello. Sin embargo, la mayor sorpresa con la que nos ha obsequiado Popovich desde el banquillo este año no es otro que Danny Green. Green, drafteado por los Cavs con el número 46, tan solo jugó ocho partidos con los Spurs la temporada pasada. Pero durante la pre-temporada, y tal como ocurrió con el propio George Hill ahora hace más de un año, Green impresionó a Popovich con su defensa y su inteligencia en el juego. Con más presencia en pista como recompensa a sus múltiples mejoras, Green ha sido capaz de convertirse en una de las más grandes fortalezas desde el banquillo de estos Spurs, así como en el nuevo ojito derecho de coach Pops en pista.

El factor Manu Ginobili debe también ser muy tenido en cuenta. ¿Cómo afecta a un equipo perder a su líder en anotación (ahora segundo, tras la reciente exhibición en forma de 42 puntos de Tony Parker)?. Liderar la Southwest Division no está nada mal, pero no es suficiente para los Spurs, que ya han pasado por aquí a menudo.

Sin duda, estar en lo más alto de la Conferencia Oeste estaría muy bien en términos de ventaja de campo en los Playoffs, pero para ello San Antonio debe apretar los dientes fuera de casa y subir al próximo nivel de juego e intensidad. La vuelta del lesionado Manu Ginobili es la clave para conseguirlo. Sus números y asombrosos porcentajes de acierto están ahí, pero la contribución de Ginobili al equipo va mucho más allá de eso. Se trata de su liderazgo, de su experiencia, de su constante lucha y de su compromiso con el vestuario. Manu es el ataque cuando Tim Duncan o el propio Parker no ven el aro, y es la defensa cuando el mejor anotador rival está en una buena racha. Es también el jugador al que buscar en el último cuarto, y la opción más fiable desde la línea de tiros libres, aspecto en el que los Spurs son francamente horrorosos.

Su esperada vuelta está al caer. Se le espera en algún momento de esta gira.

Así pues, mejorando la defensa a domicilio, recibiendo una buena contribución de forma continua de los jugadores de banquillo, y con la vuelta de Manu Ginobili al equipo, los Spurs deben aspirar, al menos, a ganar fuera de casa el mismo número o más de partidos que los que acaben perdiendo. Poder evitar más lesiones seria también un objetivo primario.

Sea como sea, y pase lo que pase en esta serie de partidos del rodeo road trip, estamos todavía ante San Antonio Spurs, una seria amenaza para cualquier equipo de la NBA.


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