¿Y qué hacemos con Memphis Grizzlies?

Tras el enorme impacto de lo sucedido en los Playoffs de 2011, la temporada 2011-12 estaba llena de buenos augurios y sueños de grandeza para los Grizzlies. De hecho, eran el equipo con el que nadie se quería cruzar en la Conferencia Oeste. El equipo, también, construido para retar a Thunder, Lakers o Spurs. El equipo, finalmente, que tenía suficiente tamaño, habilidad anotadora, defensa y competitividad para frenar, esencialmente, a cualquiera.

Y todo iba acorde con lo planeado, con los Clippers, un equipo en ascensión pero sobre el papel inferior a Memphis, como primeros rivales en la pasada post-temporada. Y superar ese test significaba encontrarse con los Spurs en segunda ronda, un conjunto al que ya habían eliminado el año anterior.

Memphis tomó el control del Game 1 que abría la serie en el FedEx Forum, con una ventaja de hasta 27 puntos entrada ya la segunda mitad, de camino hacia el 1-0. Pero entonces, inesperadamente, todo se derrumbó. Los Grizzlies entraron en un colapso sin precedentes en la historia reciente, acabaron perdiendo ese increíble partido, cayendo en el agujero del 0-1 y teniendo el resto de la serie ya muy cuesta arriba. Sus agallas y su orgullo les hicieron tener sus oportunidades en la serie, sin embargo. Consiguieron traer de nuevo a los Clippers al FedEx Forum para el Game 7 pero, de nuevo, se fundieron los plomos y no encontraron la forma de meter canastas en el último cuarto de aquel Win-Or-Go-Home Game.

Como consecuencia, en vez de pasar ronda y enfrentar a una franquicia con la que tenían el aspecto mental ya ganado, se iban de forzosas e inesperadas vacaciones.

Así que, entrada ya la offseason, los Grizzlies tenían ante sí un complicado reto: necesitaban ser mejores, pero no había demasiado espacio salarial con el que maniobrar. Sí, necesitaban más anotación desde el perímetro, otra opción fiable por fuera para sumar a lo que ahí ya aporta Rudy Gay. Sí, también era necesaria algo más de profundidad interior que permitiera suplir con mejores garantías los minutos que Marc Gasol y/o Zach Randolph tuvieran de descanso. Y sí, necesitaban un base suplente de forma imperiosa.

Pero resulta, al mismo tiempo, que Memphis no ha podido ser un jugador activo en el mercado de agentes libres por tener ya demasiado dinero comprometido en los contratos de los propios Gay, Gasol, Randolph y en el de Mike Conley.

Como cualquier equipo con aspiraciones, y los Grizzlies lo son por méritos propios, la franquicia de Tennessee sabe que debe mejorar y que existe espacio de mejora. El roster actual es más que bueno, pero las necesidades anteriormente comentadas están ahí. Como ahí estaba el pasado Draft, en el que los Grizzlies disponían de la vigésimo-quinta elección, un lugar a merced de las 24 franquicias que eligen antes que tú.

Y la elección llegó de Washington. Dicen de Tony Wroten que es un base-escolta de enorme habilidad, buena defensa perimetral y con el tamaño suficiente tanto para jugar al lado de Conley como para substituirlo. Hasta poder tener certezas sobre ello, estaba el mercado de agentes libres, donde la empresa se presentaba complicada, pero de donde Memphis ha sabido tomar ventaja en las mínimas oportunidades de mejora que se han presentado.

Han firmado a Jarred Bayless con un contrato multianual relativamente barato y que puede devolver grandes dividendos en un futuro próximo. Tomaron también la decisión de deshacerse de O.J. Mayo en un traspaso que trajo a Memphis a Wayne Ellington con el convencimiento de que el segundo tiene menos habilidades anotadoras que el primero, pero cubre mejor algunas de las necesidades en las que el equipo flaquea. Más allá de esto, los Grizzlies han renovado a Hamed Haddadi, Darrell Arthur y Marreese Speights para solidificar la profundidad de plantilla.

Cierto es que los Grizzlies, mayormente, tenían las piezas oportunas ya en el vestuario, así como el firme convencimiento de mejora, vista la premura con la que terminó el curso pasado. Fortalecer el banquillo, añadir profundidad en sitios determinados y encontrar uno o dos especialistas que puedan rellenar una necesidad, son todos objetivos que podemos dar por conseguidos.

Pero la misión de cualquier equipo, y más de aquellos con opciones de competir en altas esferas, debe ser la de juntar una plantilla que tenga oportunidades reales de aspirar al anillo. ¿Lo ha conseguido Memphis Grizzlies en esta offseason? Difícil saberlo pero, francamente, no lo parece.


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