Durante este All-Star sin duda ha habido una categoría que ha arrasado con todas las demás. El concepto de ‘mate’ en el mundo del baloncesto ha vuelto a relumbrar en su máxima expresión.
Zach LaVine y Aaron Gordon nos trasladaron al mundo de los videojuegos y se colocaron a la altura de —reverencia— Vince Carter, Dominique Wilkins o Jason Richardson. Un oasis en una competición que ha agonizado demasiados años en el desierto. Lo que vimos gracias a ellos en la noche del sábado parecía que iba a ser insuperable en el campo de las volcadas durante mucho tiempo. Sólo un día ha hecho falta para poner esa afirmación en duda.
Lo que nos regalaron los paladines de T-Wolves y Magic, fue tan bestia que decir que fueron superados durante el All Star Game del domingo sería decir demasiado. Pero no nos quedamos cortos si aseguramos que esa noche se realizó un mate que bien los pudo retar e igualar, y que sin duda se llevaría el ’50’ de cualquier juez que lo calificara.
Jordan Kilganon
El osado no fue ninguno de los que participó en el partido de las estrellas, sino alguien que vino a realizar su show durante una de sus interrupciones. Jordan Kilganon es un dunker profesional de 1,85 metros que lleva tiempo haciendo estragos en las redes sociales con sus acrobacias implicadas en lo de destrozar aros.
Ayer se metió al pabellón entero en el bolsillo con su mejor carta de presentación. Kilganon realizó un mate ya bautizado como ‘‘The Scorpion’, y ni siquiera Dwyane Wade pudo reprimir su sorpresa tras ver a pie de pista el espectacular movimiento. Las sonrisa de estupefacción de cada uno de los jugadores dejaban claro que acababan de presenciar algo único.
Ya tenemos nueva modalidad para que los candidatos al Slam Dunk Contest de 2017 vayan practicando. Un lujazo realizado, por cierto y además, en vaqueros.