Esta historia merece ser contada tal cual por la fuente original. Más que nada porque no tiene ningún tipo de desperdicio. Según Michael McCann de Sports Illustrated, el padre de Karl-Anthony Towns quiere demandar a la mascota de los Timberwolves por haberle lesionado durante un partido del 26 de enero. Tal cual.
«El señor Towns, quien ya está retirado como entrenador de instituto, se lesionó durante un tiempo muerto a falta de 5:33 para acabar el segundo cuarto. La mascota de los Timberwolves, llamada Crunch, perdió el equilibrio tras un juego de los que suelen hacer en los descansos, y acabó golpeando uno de los asientos vacíos de la primera fila. Eso provocó que la silla golpease en la rodilla del padre de Towns, que estaba sentado justo al lado. El padre está ahora explorando las opciones legales, incluyendo demandar al equipo de su hijo por negligencia…
El golpe fue muy fuerte y el padre tuvo que ponerse una bolsa con hielo para reducir la hinchazón. Se invitó al padre a abandonar la pista y ser llevado a un hospital, pero este declinó la idea. Creyó que su hijo notaría su ausencia y, al ver que falta, preocuparse por su salud y no jugar bien. El padre permaneció allí todo el partido, pero al final su rodilla se había hinchado considerablemente y no era capaz de poner peso sobre ella. Trabajadores de la cancha le dieron unas muletas. Se fue cojeando y fue trasladado a un hospital para hacerle una resonancia magnética».