Aunque no esté estrictamente relacionado con el mundo del baloncesto, resulta cuanto menos singular la gran diferencia que existe entre jugar o entrenar para un equipo u otro de los Estados Unidos en comparación con otros países.
La gran amplitud física y geográfica que abarca la nación da lugar a una diversidad social y modo de vida que suele influir de forma significativa en los miembros de los equipos, y que a menudo resultan determinantes a la hora de decantarse por un destino u otro cuando disponen de libertad para ello.
En relación con este tema han ido las declaraciones del nuevo coach de los Brooklyn Nets, Lionel Hollins: «Memphis, en comparación con Nueva York, es como volver a la Edad de Piedra, como cuando uno no tenía electricidad», ha dicho Hollins en una videoconferencia que se ha colgado en la página oficial del equipo, «en Memphis la gente está relajada, se mueven despacio, hablan lento y arrastran sus palabras. Aquí, todo el mundo habla tan rápido que por lo general tienes que estar muy atento y a menudo pedir que te lo repitan de nuevo».
Hollins se auto-declara como una persona de fácil adaptación. «He estado en NY muchas veces. Cuando vivía en Phipadelphia y luego en Memphis me gustaba ir a una obra de teatro o a un musical y luego a cenar por ahí. Así que estaré bastante cómodo en Nueva York. Nunca pensé que acabaría viviendo aquí. Es una gran sorpresa y aun me resulta surrealista. Sobretodo después de estar 12 años en Memphis».
El entrenador es muy querido en la ciudad asentada en el Estado de Tennessee, ya que el mayor periodo de éxitos de los Grizzlies ha venido de la mano de Hollins, y los aficionados se habrían mostrado complacidos de mantenerlo en su plantel.
Resultará interesante comprobar como se toman estas declaraciones «paleolíticas» los aficionados de los Grizzlies.