No es como ganar los 1.500 millones del Powerball, pero unos miles de dólares para café y donuts nunca vienen mal.
Lo hemos visto ya un buen puñado de veces (incluso a LeBron abalanzarse sobre uno de los afortunados). Pero no por ello deja de haber menos expectación en el momento del lanzamiento ni escasean los vítores en la grada si se logra la hazaña.
Anoche, en el descanso del partido que enfrentó a Houston Rockets y T-Wolves y finalizaría con victoria local, había un premio sobre la mesa de 25.000 dólares y un joven aspirante. Nothing but net.