El partido entre Miami y Golden State dejó una imagen insólita. LeBron James derrapó cuando trataba de driblar a Andre Iguodala y cayó al suelo, dejando una marca en el suelo como si de un coche se tratase.
Parece ser que las quejas de James sobre las LeBron 11 no han servido para conseguir el objetivo deseado y la estrella de los Heat sigue sin encontrarse cómodo con las zapatillas diseñadas para él.