Tras un viaje de seis temporadas conociendo hasta cinco franquicias, Cole Aldrich está realmente motivado por jugar por fin en Minnesota, estado que le vio nacer hace 27 años, y donde ha firmado un contrato de tres campañas y 22 millones de dólares.
«Estoy muy emocionado. Estamos trabajando cada mañana antes de que comience el training camp. Creo que va a ser un gran año para nosotros», expresa en declaraciones a Minneapolis Star-Tribune.
Centrado en dar lo mejor de sí mismo con los Timberwolves, Aldrich tiene claro que su futuro en la liga, más allá de estadísticas, pasa por demostrar que puede jugar una campaña entera sin verse alejado de las canchas por lesiones, algo que hasta la fecha le ha sido imposible. Para ser más exactos, de 492 partidos que podría haber disputado se ha quedado en 256.
«Estamos trabajando para encontrar la manera de estar sano toda una temporada. Es lo más importante para mí en cuanto a lo que puede ayudar a mi carrera, ser capaz de aguantar 82 partidos».
Encontrando un sitio
Sin encontrar la continuidad deseada en sus primeros años en la liga, Aldrich ha sido capaz de mostrarse los dos últimos cursos como un sólido jugador interior de rotación. En la campaña 2015-16, en los Clippers, firmó un promedio de 5,5 puntos, 4,8 rebotes y 1,1 tapones en 13,3 minutos por partido.