Desde su aterrizaje en la NBA en la temporada 2012-13, la carrera de Alexey Shved en la liga norteamericana ha caído en picado. De promediar 23,9 minutos en su primer año en los Timberwolves, a jugar poco más de 6 minutos en las filas de los Houston Rockets.
Pero todo ha cambiado en la vida del jugador ruso desde que se certificara su traspaso a los New York Knicks el pasado 19 de febrero. Shved ha recuperado la sonrisa y sus mejores sensaciones a las órdenes de Derek Fisher.
No todo es color de rosas, ya que su equipo apenas ha ganado 12 partidos esta campaña, pero visto su rendimiento, seguro que Phil Jackson le tendrá en cuenta el próximo verano, estación en la que se convertirá en agente libre restringido.
Shved, que debutó con apenas 3 minutos de juego contra los Cleveland Cavaliers, ha visto in crescendo su importación en la rotación tras sus buenas actuaciones.
Con 11 puntos ante Celtics y Pistons en apenas 20 minutos de juego, su rendimiento en la victoria del pasado 28 de febrero ante los Raptors (15 puntos y 5 asistencias) le valió para ganarse un puesto como titular.
Sus números en marzo han crecido todavía más: 15,3 puntos, 6 rebotes y 3,5 asistencias en 29,3 minutos. E incluso rozó el triple-doble el 3 de marzo en la que ha sido su mejor actuación del año: 21 puntos, 10 rebotes y 7 asistencias contra los Utah Jazz.