Anaheim abre de par en par las puertas a los Kings

El Consejo Municipal de Anaheim (California) ha aprobado por unanimidad una emisión de bonos por valor de 75 millones de dólares de cara a favorecer la llegada de «un equipo NBA«, en palabras del alcalde Tom Tait, a la ciudad.

Este equipo, aunque no se mencione de forma muy clara, tiene un nombre: los Kings, actualmente en Sacramento. Los hermanos Joe y Gavin Maloof están totalmente decididos a trasladar a la franquicia de la que son propietarios a Anaheim, una ciudad situada a escasa media hora al sur de Los Angeles, y enclavado en el condado de Orange, uno de las zonas con una renta per cápita más alta de California.

Desde Sacramento, el ex-jugador Kevin «K.J.» Johnson, actualmente alcalde de la capital del estado de California, ya está resignado a la marcha. En su blog oficial, el ex-base de los Suns calificó el proceso de mudanza de la franquicia como «una muerte lenta«, tras conocer que representantes de los hermanos Maloof había registrado varios nombres comerciales para rebautizar el equipo, entre ellos «Anaheim Royals».

Pero Sacramento no se resigna aún. Empresarios y políticos locales presentaron a los hermanos Maloof un plan para mantener a la franquicia en la ciudad. No hay que olvidar que el principal motivo esgrimido por los propietarios de los Kings para dejar Sacramento es la poca voluntad de construir un nuevo pabellón que sustituya el actual Power Balance Pavillion (hasta hace escasas semanas Arco Arena). Pero ni siquiera este nuevo proyecto, que de forma muy optimista quisieron presentar como «game-changing» (capaz de cambiar el juego) parece hacer cambiar de opinión a los Maloof.

Así pues, con Anaheim abriendo sus brazos, su cartera, y su Honda Center a los Kings (o, en un futuro, Royals), todo dependerá del último trámite: la aprobación de la NBA para completar la mudanza. Pero éste puede ser un escollo más difícil de lo esperado.

Los Kings necesitan que los 29 propietarios restantes de la NBA aprueben por mayoría el traslado de la franquicia, algo que no todos parecen dispuestos a aceptar. Las principales oposiciones vienen, como era de esperar, desde las franquicias afincadas en Los Angeles, Lakers y Clippers, que tendrían que repartir el mercado con un nuevo equipo. Ambas franquicias estarían buscando apoyos entre las restantes para conseguir los votos necesarios y bloquear la mudanza de los Kings. Quién más tiene que perder son los Lakers, y es que uno de los principales motivos (no declarados) de la elección de Anaheim como futura sede de los Kings tiene que ver con los actuales campeones de liga.

La franquicia, propiedad del Dr. Jerry Buss, firmó en febrero un acuerdo sin precedentes con la empresa Time Warner Cable para crear dos canales exclusivos (uno en castellano), donde se emitirían los partidos de los Lakers a nivel local. Este contrato deja en una mala posición a Fox Sports West y a KCAL-TV, las dos emisoras poseedoras de los derechos televisivos de los Lakers hasta este verano. Así pues, los Kings se encuentran con un favorecedor panorama en Southern Califonia para poder firmar un buen contrato televisivo.

Según fuentes citadas por ESPN, el acuerdo entre Time Warner Cable y los Lakers (que algunos informes, rechazados por ambas partes, valoran en 3.000 millones de dólares) podría devaluarse en un 10% por la llegada de una tercera franquicia a la zona, lo cual explica con más motivo la oposición frontal de la franquicia angelina a la llegada de los Kings a Anaheim.

Pero los nuevos «vecinos» no son los únicos opositores potenciales de los Anaheim Royals. Por motivos más indirectos, los Warriors (por el temor de un «efecto contagio» que lleve otra franquicia a la Bay Area, más concretamente, a San Jose) y los Hornets (la franquicia con más números para ser la próxima en cambiar de ciudad) tampoco aprueban más movimientos de equipos en la NBA, sólo tres años después de la marcha de los Seattle SuperSonics (rebautizados como Thunder) a Oklahoma City.

Los hermanos Maloof son perfectamente conscientes, y asumen que habrá que rascarse el bolsillo para conseguir la aprobación de sus colegas. A modo de ejemplo, los SuperSonics/Thunder tuvieron que pagar 30 millones de dólares a la NBA para poder cambiar Seattle por Oklahoma City en concepto de «tasa de recolocación». Una cifra que podría quedarse corta para poder cambiar voluntades entre los demás propietarios.

Pero éste podría no ser el único gasto de los propietarios de los Kings. El ayuntamiento de Sacramento ha enviado una carta al de Anaheim instándoles al cese de las negociaciones con los Kings hasta que sus propietarios no devuelvan una subvención de 77 millones de dólares, a modo de préstamo, que la ciudad sostiene que aún no se ha saldado. Aunque suena a último recurso para convencer a los hermanos Maloof que será más «barato» quedarse en Sacramento que marcharse, difícilmente no tendrá consecuencias en la «factura» que los Kings tendrán que pagar para moverse a Anaheim.

Salvo sorpresa mayúscula, el próximo 18 de abril (como muy tarde), los Kings presentarán a la NBA la propuesta de traslado a Anaheim, lo que dará inicio a la tramitación y votación del plan de los hermanos Maloof. Si los propietarios aprueban la mudanza, será el golpe definitivo a los Sacramento Kings, y el nacimiento de un nuevo equipo, los (muy probablemente) Anaheim Royals. Un nuevo cambio en el mapa de la NBA.


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