Arranca la NCAA

Con una NBA paralizada por el lockout, la NCAA de esta temporada se espera que sea una de las de mayor seguimiento en muchos años. Algunos de los mejores jugadores de la temporada pasada decidieron permanecer un año más en sus equipos ante la incertidumbre de que la liga profesional no arrancara. De esta forma, jugadores llamados a ocupar los puestos más altos del Draft, tanto el año pasado como este próximo 2012, tratarán de guiar a sus Universidades a ocupar el lugar que el año pasado ocupara Kemba Walker y sus Huskies de Connecticut. Harrison Barnes, Jared Sullinger, Perry Jones, Terence Jones, John Henson… el nivel de la NCAA esta temporada puede hacer olvidar, al menos por unos meses, el “mono” por la NBA.

La temporada de la Division I de la NCAA se divide en tres partes. En primer lugar, todas las universidades juegan partidos con equipos que en su mayoría no pertenecen a su Conferencia. Este período, que se extiende hasta primeros de Enero, suele estar marcado por los grandes Torneos que se celebran a lo largo de todo Estados Unidos, donde destacan habitualmente el Puerto Rico Tip-Off o el Maui Invitational. En estos torneos y en el resto de partidos “Non-Conference”, las universidades de Conferencias menos potentes suelen aprovechar para medirse a rivales de un nivel superior para intentar lograr algún buen resultado que les aumente posibilidades de subir su posición en el ránking de cara al comienzo de su Temporada Regular. Los grandes programas universitarios mezclan partidos frente a rivales de poca entidad con duelos directos entre favoritos.

A partir del mes de Enero comienzan las temporadas regulares de las distintas Conferencias de la Division I. Aquí es donde se termina de perfilar los ránkings definitivos para afrontar el Torneo Final, el March Madness. Todas las Conferencias disponen una Temporada Regular y una fase de Playoffs (a excepción de la Ivy League, que sólo cuenta con Fase Regular). Todos los campeones de las 32 Conferencias tienen plaza asegurada en el Torneo Final. El resto se reparte por invitación, donde siempre tienen prioridad los equipos de las Majors, las conferencias más importantes (Atlantic Coast, Big East, Big Ten, Big 12, Pacific 12, Southeastern) y algunas de las consideradas Mid-Majors (Atlantic 10, West Coast, Mountain West, USA Conference). De entre todos los equipos seleccionados se lleva a cabo el cuadro final del Torneo Final, dividido en cuatro regiones, cuyo respectivos campeones pasarán a la Final Four definitiva que este año tendrá lugar en el Mercedes-Benz Superdome de Nueva Orleans, con capacidad para más de 50 mil espectadores, los días 31 de Marzo y 2 de Abril.

La lista de favoritos parece muy abierta. Destaca por encima de todos dos equipos: North Carolina Tar Heels y Kentucky Wildcats. Los primeros, la universidad cuyo uniforme vistieran Michael Jordan, James Worthy, Vince Carter o Raymond Felton, entre otros muchos, parte con la plantilla más completa. Harrison Barnes, cuyo rendimiento fue de menos a más la temporada pasada, es el mayor favorito para hacerse con el premio al Mejor Jugador de la temporada. Junto a él, un juego interior de tamaño y que combina calidad ofensiva (Tyller Zeller) con intimidación y defensa (John Henson). Un gran base como es Kendall Marshall junto a otros jugadores más secundarios, pero que aúnan talento y trabajo, destacando sus dos jugadores de primer año: James McAdoo (sobrino de Bob McAdoo, otro ex Tar Heel) y P. J. Hairston.

En Kentucky una temporada más John Calipari ha logrado reunir a muchos de los mejores reclutamientos de este 2011: Anthony Davis, Marquis Teague (hermano de Jeff Teague, base de los Hawks), Michael Gilchrist, etc. Junto a ellos, algunos jugadores que decidieron permanecer un año más en la Universidad de Lexington, destacando Terence Jones, un pívot rápido y gran reboteador y taponador. Si Calipari consigue por fin hacer que jueguen como un bloque y que no se note, al menos al final de temporada, que es un equipo en construcción constante, deberían pelear el título.

La nómina de aspirantes es amplia. Connecticut puede suplir la salida de Kemba Walker con la progresión de Jeremy Lamb y la llegada de uno de los mejores jugadores de primer año, Andre Drummond, todo ello mezclado con un sistema defensivo planteado por Jim Calhoun que ya vimos qué resultados le dio en la pasada final ante Butler. Syracuse Orange, con una plantilla compensada y “veterana”, liderada por el canadiense Kris Joseph y con la siempre presente (y eficiente) defensa zonal de Jim Boeheim. Ohio State por su parte aún celebra la continuidad de Jared Sullinger, el pívot que lidera a los Buckeyes desde la temporada pasada. A pesar de la salida de varios jugadores claves (Diebler o Lighty), entre él y Aaron Craft, junto a William Buford, pueden intentar este año de nuevo el asalto al título tras caer la temporada pasada antes de lo esperado.

Y si algo destaca sobre el resto de números o nombres este año, ese es Mike Krzyzewski. El entrenador de Duke comenzaba esta campaña con 900 victorias, a sólo 2 del récord absoluto en la NCAA masculina que posee Bobby Knight. En el momento de escribirse estás líneas los Blue Devils han vencido sus dos primeros partidos, por lo que “Coach K” ya acumula 902 victorias. La próxima que logre, posiblemente el próximo 15 de Noviembre ante Michigan State, le hará ser el entrenador con más victorias en la historia de la NCAA masculina. Para ello, y para posibles cotas mayores, cuenta con una plantilla que, tras la salida de Singler y Nolan Smith, debe buscar nuevos líderes. Para ello parece que ha llegado Austin Rivers, hijo de Doc Rivers, cuyo impacto mediático parece asegurado y que queda por ver si realmente se confirma en la cancha. Junto a él destacan Mason Plumlee, el mediano de los tres hermanos que comparten vestuario esta temporada (junto a Miles y Marshall, tercer caso en la historia) y Seth Curry, hermano del ex escolta de Western Kentucky y actual jugador de Warriors, Stephen Curry.

Florida, Louisville, Baylor, Memphis, Vanderbilt… esta competición nunca puede dejar cerrada una lista de aspirantes. La historia del torneo ha estado marcada por grandes sorpresas, las llamadas “Cinderellas” (Cenicientas) que desde la máxima humildad logran colarse entre los grandes. En el recuerdo reciente quedan los casos de Butler (2011 y 2010) o Virginia-Commonwealth (2011), sin olvidar a la George Mason de 2006 o Villanova en 1985.

Comienza el espectáculo de la NCAA.


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