No está siendo un buen comienzo de temporada para los Mavericks. El primer partido se saldó con derrota, y anoche en su estreno en casa, la cosa siguió por los mismos derroteros.
Victoria de los Rockets por 98-106 en Dallas, gracias a un Trevor Ariza y James Harden que lograron 27 y 26 puntos por cabeza, respectivamente.
Harden fue de menos a más, incrementando su rendimiento tras un primer cuarto muy fallón, pero unos siguientes periodos en los que fue aumentando su productividad (y acierto).
“Estaba jugando mal y justo se acababa ese primer cuarto”, dijo Harden. “Pienso que esa es una de las cosas que estamos mejorando, intentando cerrar los cuartos de la mejor manera”.
Insuficiente Barnes
Ante la baja de Dirk Nowitzki, algo que solamente había ocurrido en dos ocasiones en inicios de curso en casa durante los últimos 19 años, Harrison Barnes se apropió del papel de líder del equipo.
El alero, quien no había hecho una buena pretemporada que digamos, llegó a su primer encuentro como local con los Mavs y cuajó una gran actuación: 31 puntos, el máximo de su carrera.
“Dirk no va a estar con nosotros eternamente.”, dijo Rick Carlisle. “Y este año habrá veces en las que le veamos en el banquillo para descansar”.