Parece que ya tenemos relevo para coger el testigo de las declaraciones de Kobe.
La Mamba, más que amotinarse ante «la injusticia» de que los Warriors cuenten con un súper equipo, apuesta con un giro de perspectiva, y ver ese favoritismo como una motivación añadida para salir a la pista y arruinar a las casas de apuestas y sus predicciones. Avery Bradley, elegido en esta última campaña en el ‘Mejor quinteto defensivo del año’, guarda una visión similar en cuanto a lo de achicarse ante los grandes desafíos.
«Amo los retos», afirmaba el escolta de los Celtics el pasado viernes. «Me encanta enfrentarme a los grandes jugadores. Me da igual de quién se trate. No me preocupa que puedan ridiculizarme. No me dan miedo. Ni Kyrie Irving ni cualquiera de esos chicos. Conozco varios jugadores de la NBA que probablemente sientan mariposas en el estómago antes de los partidos, pero no yo. Yo ya me estoy relamiendo. Estoy impaciente. Son ellos los que tienen que prepararse para mí. Es lo que pienso».
Esa y no otra es precisamente la actitud que debe tener un defensor de élite. La intimidación en carne propia no es una opción. Hay muchas esperanzas en que el conjunto de Massachusetts haga algo grande esta temporada. Brad Stevens, Al Horford… Avery Bradley; algunos de los principales culpables.