Cleveland no ha ganado cuatro partidos seguidos desde que se fue LeBron James

A pesar del cansancio por jugar dos noches seguidas y de las sustanciales bajas con las que contaban los Warriors – Stephen Curry (tobillo), Andrew Bogut (que de momento no jugará partidos back-to-back) y Harrison Barnes (rodilla) –, consiguieron imponerse por 95-108 a unos Cavaliers que ponen fin a su racha de tres victorias logradas de manera consecutiva.

Klay Thompson cogió la manija del equipo en anotación y consiguió la mejor marca de su carrera, gracias a sus 32 puntos. “No importaba quien faltara en la cancha, ya que todavía íbamos a jugar al baloncesto, dijo un David Lee que llegó hasta los 20 tantos y 13 rebotes. “Podríamos habernos dejado llevar en el último partido de la gira, pero todo el mundo dio un paso adelante para sacar esto”.

Para los Warriors, esas tres bajas suponían perder un promedio de 49,1 puntos y 19,5 rebotes, pero eso poco importó. Lograron un 53,6% en tiros de campo, incluyendo 11 triples de 16 intentos, con un Jarret Jack que sigue de dulce. El base acabó el encuentro con 26 puntos y 12 asistencias, y bromeaba diciendo que “esta noche he tenido que canalizar el Stephen Curry que llevo dentro”.

Kyrie Irving, que recordemos se perdió el entrenamiento matutino porque estaba enfermo, anotó 14 tantos en 36 minutos. “Simplemente no estaba ahí mentalmente. Pero eso no es excusa. Traté de jugar como siempre y, sin embargo, mi energía no me acompañó”, dijo el propio Irving, quien no pudo evitar romper esa eterna racha que persigue a los Cavs desde que se fuera LeBron James. Sin él, los de Cleveland aún no han sido capaces de ganar cuatro partidos seguidos.


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