Los Toronto Raptors, a pesar de haber alcanzado las primeras finales de conferencia de su historia, no han rodado en Playoffs como lo han hecho en temporada regular. El conjunto canadiense promedia en postemporada 8,6 puntos menos por cada 100 posesiones que los que lograron en su balance de 56-26. No fluye la magia de cara al aro rival.
Los primeros 14 partidos de Playoffs que les han conducido a donde hoy están, han sido frente a rivales correosos de defensa muy trabajada —Pacers y Heat—. Sin embargo, sus enemigos de ahora, los Cleveland Cavaliers, van tan absolutamente sobrados en la ofensiva que «pueden permitirse el lujo» de no ser tan rigurosos atrás. Halo de luz y esperanza para el equipo de Dwane Casey —más allá de los árbitros—.
No obstante, los Raptors no habían logrado aventajar en el mercador a los de Ohio excepto en la estampida del primer cuarto de los dos primeros encuentros. A partir de ahí la cosa se estancaba, y su dúo mágico Lowry/de Rozan no conseguía estar lúcido al unísono. La cosa cambió en el Game 3.
Nuevo guión en el segundo cuarto
Antes de la revolución toca tirar de precaución. Guardar la ropa siempre es fundamental, y en el tercer partido los Raptors estuvieron espléndidos en esa tarea. En el primer choque ante los Cavs permitieron 56 puntos en la pintura, y en el segundo otros 50. Una barbaridad. Por fin, en este último, cerraron filas y sus rivales se quedaron en veinte tantos. Igualmente, estuvieron lo bastante atentos y sacrificados para incomodar su perímetro para que tampoco se pegaran el festín de triples que últimamente habitúan.
Y entonces, ya sí, tocaba enrocar. Casey le dio la batuta a Cory Joseph apenas cinco minutos en la primera mitad del Game 1 frente a Cleveland. Este sábado lo mantuvo en pista dieciocho, con un saldo de diez puntos. «Ha hecho un trabajo mucho mejor controlando el juego», ha dicho Casey al respecto. «Ha mantenido las cosas bajo control y no ha hecho aguas en defensa».
Más allá de la extraordinaria labor de Bismack Biyombo batallando con Kevin Love y Tristan Thompson, en Toronto necesitaban su juego perimetral. Lowry y DeRozan por fin aparecieron juntos, pero para superar a los Cavs necesitaban un factor más. Necesitaban a Joseph. «Cory hizo un gran trabajo, esquivando su presión defensiva y haciendo los cambios necesarios para encontrar al mejor hombre en el pick & roll«, concluyó su entrenador.
«Todo el mundo fue agresivo», apuntó el propio Joseph. «Sin hacer la guerra por su cuenta y tratando de crear para ellos mismos y para los demás. Y funcionó».