Los bien documentados problemas de autocontrol en la cancha le han costado caro a DeMarcus Cousins, tanto económicamente como en su reputación. Pero, a la vez, noches como la de este martes siguen explicando porque es un All-Star casi permanente y el jugador franquicia de Sacramento. El pívot completó un partido excepcional ante los Lakers para una victoria por 96-97 que supone la 4ª seguida de los Kings.
Gigante contra bajito
Cousins terminó con 40 puntos, 12 rebotes y 8 asistencias. Una espléndida actuación necesaria ante la resistencia que supuso al final Lou Williams por el equipo angelino. Tras ir a remolque durante casi todo el partido, incluyendo una desventaja de 13 puntos a menos de 10 minutos del final, Williams tomó a lo grande el control del partido, remontando con el que quizás haya sido su mejor momento de la temporada.
El que fuera sexto hombre del año en 2015 anotó 19 de sus 29 puntos en el último cuarto, relanzando las opciones de los Lakers de sacar el que podía haber sido su tercera victoria en cuatro partidos. Un triple de Lou Williams empataba el duelo a 91 a menos de dos minutos del final. El Staples Center, sector Laker, empezaba a soñar con una de las escasas alegrías que su equipo le ha dado esta temporada. Pero de nuevo aparecía el gran verdugo de Sacramento.
El remate final de DMC
Boogie Clutchins. pic.twitter.com/fB0dQ5GHyQ
— Sacramento Kings (@SacramentoKings) February 15, 2017
Los 10 puntos finales de los Kings solo tuvieron un autor: DeMarcus Cousins. El pívot remataba su buena noche contestando todos los golpes que Lou Williams daba en la canasta contraria. Un triple del escolta de los Lakers empataba a 96 con solo 30 segundos por jugarse, pero de nuevo Cousins salvaba la situación con un rebote ofensivo tras triple fallado de Darren Collison, forzando la falta y anotando el tiro libre que le hacía alcanzar los 40 puntos y ponía por delante a los Kings. Lou Williams tendría su última bala sobre la bocina, pero su triple fallado supuso la derrota definitiva de los Lakers.
De esta forma, los Kings ascienden al noveno puesto en solitario, superando a Portland, y solo con Denver como su obstáculo a volver a la zona de playoffs. Su buen momento de juego antes del parón del All-Star contrasta con la inestabilidad de otros años. Hace dos años, por estas fechas, George Karl llegaba al banquillo de los Kings, y un año atrás su tensión con el vestuario era ya el drama favorito de la NBA. Mejores sensaciones para un equipo que sigue con su gran objetivo a su alcance a dos meses del final de la temporada regular.