Mientras James Harden se autodeclara categóricamente ganador en la sombra del pasado MVP y claro postulante al que viene, el, para muchos (que no para el 2K16) mejor pívot de la liga, DeMarcus Cousins, también piensa en la próxima entrega.
En las cinco temporadas que lleva en la NBA, el jugador de los Kings no ha conseguido ni un sólo voto en la carrera por este premio. Ni siquiera el año pasado, cuando sus números fueron más que sobresalientes —24,1 puntos, 12,7 rebotes, 3,6 asistencias y 1,8 tapones—.
Pero esto, sorpresa, no frena a Cousins. De hecho, el versátil center entiende que una de las pocas cosas que le separan de este trofeo individual es un previo triunfo colectivo: alcanzar (por primera vez en su carrera) los Playoffs.
«¿Alcanzable, colega?», respondía con vehemencia a la pregunta de Kevin Ding, de Bleacher Report, sobre sus oportunidades de coronarse como MVP de la temporada. «Depende de mí conseguirlo».
Confianza (galáctica), a un lado, Cousins entiende que hay unas premisas básicas y que todo general necesita su ejercito. «Vamos a necesitar del esfuerzo de todo el equipo», respondió cuestionado por sus aspiraciones de postemporada, «trataré de jugar al más alto nivel y llevar a mi equipo conmigo lo más lejos posible».
La temporada pasada, a pesar de un comienzo vertiginoso y esperanzador, el conjunto de George Karl terminó el curso regular en 13º posición, con un balance de 29-53.