Quien se convirtiera en mandatario absoluto de la NBA y de la historia del deporte, esa deidad llamada Michael Jordan, no reinó en la liga inmediatamente. Antes de hacerlo, tuvo que tirar de papel y apuntes para empapar cada nuevo contenido que le dedicaban sus mayores. Como hace ahora justo 30 años, cuando un colosal Dominique Wilkins (57 puntos) le recordó a MJ que a los días de yugo todavía quedaban algo lejos.
Ocurrió un 10 de diciembre de 1986, en el comienzo de la tercera temporada de MJ en la élite y la quinta de un algo más experimentado Wilkins, estrella en ciernes de los Atlanta Hawks.
El encuentro quedó registrado en cualquier archivo como una de las exhibiciones duales más radioactivas de la década de los 80. Entendiéndose la explosiva muestra como paradigma de cruce de dos anotadores feroces. Muy a la altura de Magic Johnson y Larry Bird, reyes de la NBA en ese momento.
Atlanta aplastó a los Chicago Bulls de Michael Jordan (123-95) por 28 puntos, yéndose el alero de los Hawks hasta los 57 puntos anotados.
Jordan, por su parte, intentó reanimar a sus Bulls a golpe de 41 tantos y acciones espectaculares como se ven en el siguiente vídeo.
Más actores
Jordan, más lampiño que en su época más regia, no pudo impedir así la erupción de unos Atlanta Hawks en los que además de Wilkins estaba Doc Rivers –actual técnico de los Clippers– o Randy Wittman, expreparador de los Wizards.