En Detroit se capta un nuevo aroma. Vuelve a flotar el perfume de los Playoffs. Capital fue la victoria del pasado sábado ante Chicago Bulls, pues ahora pueden afrontar los partidos finales con un colchón mínimo pero que puede que suficiente.
Sin embargo, hallamos un lunar en aquel encuentro que podría expandirse y cobrar relevancia una vez nos adentremos en postemporada.
Andre Drummond vio como caía su telón particular a falta de, todavía, 5:22 minutos del último cuarto. Esto ocurrió porque Stan Van Gundy se hartó y al mismo tiempo fue cobarde… o cauto; según se mire. Porque su pívot dominante volvía a mostrar de todo menos dominio ubicado en una raya que no le resulta simpática: la de personal.
Drummond cargaba con un bagaje de 1/10 desde la línea de tiros libres. Demasiado. Demasiado para estar el partido en juego y arriesgarse a que Fred Hoiberg pusiera en marcha el ‘hack’. Demasiado en juego; puede que los Playoffs, nada menos.
Extensible a Playoffs
Van Gundy se vio «forzado» a poner en su lugar a Aron Baynes, cuya calidad bajo los aros y el crono en movimiento es incomparable por lo mal parado que saldría. No obstante, puede que no estemos ante un hecho aislado, sino ante un precedente. Así lo auguran desde Detroit News, y el técnico de los Pistons no niega la realidad. «No podemos jugar con la posibilidad de que sólo anotemos un punto [si Drummond fuera a los tiros libres] y ellos aspiren a meter dos o tres».
El center de 22 años, —y con la extensión de contrato pendiente para este verano— está haciendo una espectacular temporada de 16,5 puntos, 14,9 rebotes y 1,4 tapones; pero también de un indigesto 35,4% en tiros libres.
Van Gundy ha sido el primer valiente en tomar una decisión que otros como Doc Rivers con DeAndre Jordan —a no ser que intervenga Chris Paul— o Mike D’Antoni ni Kevin McHale con Dwight Howard no se atrevieron. Quizás sea éste el incentivo definitivo para que estos pívot de muñeca maciza se condenen a entrenar hasta mejorar… o devaluarse.