Dwyane Wade ha dado fin a una etapa de 13 años en Miami. Su salida con destino a Chicago ha supuesto un auténtico impacto en la NBA, cortando una relación que parecía que solo acabaría con la retirada del jugador. Para cualquier no será fácil acostumbrarse ver a Wade con una camiseta diferente a la de los Heat, e incluso el mismo escolta está todavía haciéndose a la idea de no tener a Miami como su hogar profesional.
«Momentos como éste apestan», explicó Wade en declaraciones recogidas por AP, «El lado de los negocios en el deporte, a veces sencillamente apesta. Es es con lo que estamos tratando». Las desavenencias económicas entre Wade y los Heat, representados por su presidente y hombre fuerte Pat Riley, llevaron a un divorcio entre dos personalidades muy unidas en hasta tres campeonatos NBA durante los últimos años.
Una relación muy especial
«Amo a Pat Riley», afirmó Wade. «Es alguien que siempre ha estado presente en mi vida desde que fui elegido en el draft a los 21 años. Pero, a la vez, tiene un trabajo que hacer. Tiene un rol diferente que asumir. Y ese rol no es ser mi mejor amigo. Ese rol es ser el presidente de la organización y ser un hombre de negocios. Y eso apesta. Conoces a alguien tan bien, os queréis el uno al otro, pero el lado de los negocios aparece. No estoy diciendo que nos abrazamos y lloramos en ese momento. Pero quiero a Pat. Siempre le querré. Y sé que él siente lo mismo hacia mi».
Tras decidir su próximo equipo, el mes de julio va a ser intenso para Wade, con viaje promocional a Asia incluido. El próximo lunes se desplazará a Chicago para su revisión física, pero no será oficialmente presentado hasta el 29 de julio. Dwyane Wade tendrá varias semanas para mentalizarse sobre el futuro en su ciudad natal, pero mientras tanto reconoce que su etapa en Miami no será tan fácil de olvidar. «Esto no es nunca un adiós a South Florida. Las palabras ‘Heat Lifer’, soy un Heat de por vida. Siempre seré un Heat», dijo Wade, al a vez ya consciente de que, al menos tres veces durante la próxima temporada, tendrá que ver al equipo de Pat Riley en el lado contrario de la cancha.