España 69 – República Checa 39
La victoria de la selección española, después de haber caído ante los eslovenos, se antojaba más que necesaria. No sólo a la hora de sumar un triunfo más en la clasificación, sino también para volver a reforzar la moral de los jugadores entrenador por Juan Antonio Orenga.
El encuentro comenzó bien para España. Con un Rudy Fernández entonado desde el principio tanto en ataque como en labores defensivas, la República Checa no encontraba su sitio ni tampoco a su gran estrella, Jan Vesely. El primer cuarto llevaría al combinado español a una máxima de 12 puntos, la cual se iría reduciendo durante los siguientes diez minutos.
Las imprecisiones se adueñaron por completo del partido, y los checos lograron acercarse al marcador con sigilo. Orenga se vio entonces obligado a sacar a su quinteto titular, que volvió a subir la ventaja hasta la siempre fatídica barrera de los 10 tantos.
No fue hasta el tercer cuarto cuando Marc Gasol pudo anotar su primera canasta, hecho que sorprende y habla a la vez de que el fondo de armario de la selección tiene que ser más amplio que encomendarse siempre al center de los Grizzlies. Los fallos no abandonaron a uno y otro equipo desde entonces hasta el final del choque, en especial para la República Checa, quien no fue capaz de anotar ni un solo punto durante los primeros siete minutos del último cuarto. Tampoco cabe olvidarse del gran encuentro de Ricky Rubio, que acompañó a Rudy a la hora de aumentar la intensidad defensiva.
Dos victorias en tres partidos es el bagaje actual de España. En líneas generales, el gris encuentro disputado hoy sólo guarda la buena noticia de haber ganado con oficio; en ataque siguen existiendo demasiados problemas, que deberán subsanarse a medida que avance el torneo para que la selección alcance el nivel esperado. La próxima cita para hacerlo es mañana ante Polonia, también a las 14.30 horas.