Tres años han pasado desde que Chandler Parsons deslumbrase en Houston, donde acompañado en el perímetro por James Harden y Patrick Beverley, firmó una temporada de 17 puntos, 6 rebotes y 4 asistencias que le hicieron emerger como una de las armas más polivalentes entre los aleros de la NBA.
Desde entonces, las cirugías en sus rodillas han ido lastrando al de Florida, quien pese a ello ha conseguido dos grandes contratos, el primero con Dallas Mavericks y el segundo con Memphis Grizzlies, equipo con el que está tratando de volver a ser quien fue.
«Recuperaré mi nivel, pero sé que no va a pasar de la noche a la mañana, en una semana o puede que en un mes. Por ahora se trata de dar pasos para conseguir eso. Se trata de encontrar mi ritmo y hacer lo que pueda en los minutos que tenga. Quiero hacer lo necesario para ayudar a ganar partidos», expresa a NBA.com.
Para ello, y tras jugar sólo seis de los primeros treinta encuentros de la temporada regular, Parsons está dispuesto a soportar el dolor que pueda seguir sientiendo en las articulaciones. «Viendo el sistema, la forma en que jugamos y cómo son estos chicos, creo que podré ajustarme rápido. Me encargaré del dolor de las rodillas y seguiré mejorando en cada partido. Sé que no voy a estar del todo bien algún tiempo, pero ahora mismo sólo quiero estar ahí fuera como sea».
Crecer desde la calma
Lejos de lo ocurrido en su debut con Memphis del pasado 6 de noviembre, cuando la ansiedad por agradar le dejó en un 0 de 8 en tiros de campo en 22 minutos de juego, David Fizdale quiere que su nuevo retorno sea más pausado. «Cualquier cosa que nos dé es un impulso, así que realmente no espero mucho. Es tan talentoso que no puedes saber qué ocurrirá. Tienes a un jugador experimentado que puede tirar. Pero como le dije: ‘No sientas que tienes que salvarnos. Simplemente juega como tú eres, encuentra tu juego, trabaja duro y todo llegará'».