41 fueron los puntos que anotó Paul George en el All-Star, pero fue insuficiente para llevar al Este a la victoria, insuficiente para lograr el MVP e insuficiente para lograr un récord personal que hubiera sido histórico.
Y es que el alero de los Pacers se quedó a un solo punto de empatar la máxima anotación de un jugador en el fin de semana de las estrellas, marca perteneciente a Wilt Chamberlain.
Ese récord, establecido en 1962, estuvo a punto de batirse, pero a George le hicieron hasta 2 contra 1 para que no pudiese tirar y ser el máximo anotador de la historia de los All-Star Game.
“Ellos no estaban tratando de permitirme romper ese récord”, dijo George al final del encuentro. “Yo no sabía que podía batirlo. Tiré un último triple cuando podría haber hecho una bandeja. De haberlo sabido, habría ido hacia canasta”.
En el lado contrario, Draymond Green bromeaba sobre la defensa ejercida sobre George, recalcando entre risas que “no queríamos ningún tipo de récord jugando contra nosotros”.