24 victorias consecutivas en casa en lo que va de temporada. Los Warriors cumplieron con su papel de favoritos y ganaron a Houston Rockets por 123 a 110 en el partido disputado en el Oracle Arena.
Golden State rompió el partido en el cuarto periodo con un parcial de 11–0 que deshizo el empate con el que se llegó al final del tercer cuarto y a partir de ahí los Rockets tuvieron excesivos problemas para anotar.
Stephen Curry finalizó la noche con 35 puntos, 9 asistencias y 5 rebotes con 7 de 16 en triples y estuvo bien acompañado en la labor ofensiva por un acertado Harrison Barnes, autor de 19 puntos y 7 rebotes. Barnes fue capital para el devenir del encuentro como bien atestigua su +20 con él en pista. Desde el banquillo Marreese Speights con 15 puntos y Andre Iguodala con 12, 6 rebotes y 6 asistencias cumplieron a la perfección con su papel.
Por los Rockets el máximo anotador fue James Harden, autor de 37 puntos a los que añadió 5 rebotes, 5 asistencias y 3 robos. Trevor Ariza sumó 19 puntos, Dwight Howard 16 y 15 rebotes y Marcus Thornton 15 tantos, pero a la hora de la verdad Houston no consiguió encontrar hombres que pudiesen meter canastas salvo el mencionado Harden.
Mejor arranque de la historia
Desde hace varias semanas los Warriors no estaban en posesión en solitario del mejor comienzo de temporada de la historia de la NBA, pero con la victoria ante Houston han vuelto a establecer una nueva marca.
Golden State marcha con un balance de 47–4, el mejor que se ha visto nunca en la NBA después de 51 partidos. Atrás quedan ya los Philadelphia 76ers de 1966–67 y los Chicago Bulls de 1995–96 con unos registros de 46–5.