No fue un partido con la emoción de su anterior duelo de temporada regular (el último partido de Kobe Bryant), pero Lakers y Jazz siguen abonados a los enfrentamientos clásicos. Ambos equipos disputaron un peleado y emocionante partido que terminó llevándose Utah por 100-102, gracias a su mayor experiencia al final y a un Gordon Hayward soberbio en la ejecución.
El equipo de Hayward
El alero, pese a perderse el principio de campaña por lesión, está llamando con fuerza a las puertas de su primer All-Star. Con Utah consolidado en Playoffs pese a los problemas físicos de jugadores clave, Hayward sigue firmando su mejor año como profesional. Ante los Lakers, su agresividad y acierto le lanzó a los 31 puntos y 9 rebotes, y a alguna jugada invididual de primer nivel.
Los Lakers, eso sí, no defraudaron. Pese a ser el peor equipo en toda la NBA de diciembre (balance de 2-13 tras esta derrota), el equipo de Luke Walton fue combativo hasta el final. Julius Randle (25 puntos, con 9/12 en tiros de campo, y 12 rebotes) disputó uno de sus mejores jugadores como profesional, y Lou Williams (22 puntos) fue otra vez clave desde el banquillo.
La decisión de un secundario
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— Utah Jazz (@utahjazz) December 28, 2016
En un partido de rachas, todo quedó por decidir en un último cuarto emocionante. Y ahí los Lakers pagaron su falta de experiencia, tanto en la cancha como en el banquillo. Ataques mal dibujados desde la pizarra de Luke Walton y una ejecución fallona acabó con el equipo angelino.
Y fue un veterano de mil batallas y tres continentes como el australiano Joe Ingles (a la vez, silenciosamente líder en mejor porcentaje de acierto en triples en 2016-17 con un 47,7%) el que decidía desde la esquina. La respuesta posterior de D’Angelo Russell, ya sobre la bocina, ni siquiera tocó aro.
Para Utah, este triunfo supone cerrar una racha de tres derrotas consecutivas y adelantar a Memphis en el sexto puesto del Oeste, con un balance de 19-13. Con Derrick Favors recuperando el ritmo y George Hill y Alec Burks reanudando sus entrenamientos, la segunda mitad de temporada parece todavía más prometedora para unos Jazz que tuvieron en Los Angeles a un All-Star de ley en Gordon Hayward.